Definición de Obstinado
La palabra obstinado se emplea como un adjetivo de tipo calificativo para dar cuenta de aquel individuo que se caracteriza por su terquedad, tenacidad o perseverancia.
Persona que se caracteriza por la perseverancia, tenacidad o bien por su necedad y terquedad
Entonces, el término obstinado encuentra dos usos bien diferentes entre sí, uno podríamos decir que presenta un sentido ampliamente positivo mientras que el otro es negativo.
En el caso del uso de la palabra en un sentido negativo, normalmente se la emplea cuando se quiere dar cuenta que una persona es sumamente caprichosa, que siempre quiere tener la razón e imponer sus ideas aun cuando está totalmente equivocado, es por demás necio y terco.
“Juan desoyó nuestras advertencias que a la noche se desataría una fortísima tormenta, salió con el auto y finalmente se le quedó a mitad de camino. Laura es tan obstinada que exaspera.”
En tanto, si a la palabra se la emplea con un sentido positivo nos permitirá dar cuenta de aquella persona que a pesar de las varias y complejas dificultades que le presenta la vida sigue luchando por lograr sus objetivos en esta, por ejemplo, en un contexto académico en el cual Juan estudia cada vez que es necesario, asiste a todas las materias y además en los exámenes obtiene excelentes calificaciones y todo esto lo cumple a rajatabla aun teniendo que trabajar para costearse sus estudios, es decir, esa obstinación que presenta para lograr su meta en la vida, que es recibirse lo más pronto posible, lo convierte en un individuo obstinado.
Siempre, en cualquier contexto, cuando hay una persona que pone mucho ímpetu en lograr su misión en la vida aun cuando el hecho que se concrete implique someterse a difíciles pruebas y situaciones será denominada como un obstinado.
Vinculación con la tenacidad y también con la terquedad
Aquí se presenta una relación estrecha con la tenacidad, un valor altamente positivo porque lleva a quien la dispone a actuar más allá de las adversidades y obstáculos que se presenten enfrente.
Por tanto, cuando alguien es obstinado podrá acarrear tanto resultados positivos como negativos, es decir, dependerá directamente de la predisposición que presente: buena o mala.
Por otra parte, debemos decir que el obstinado se mantiene firme en una posición a pesar que la misma se haya probado como falsa o equívoca.
En este sentido es que a la obstinación se la vincula con la terquedad, una tendencia a repetir un comportamiento, generalmente de modo irracional.
El obstinado siempre pretenderá que se haga su voluntad a pesar que la realidad y la gente le demuestren y griten que está equivocado.
Los problemas sociales que puede desarrollar la obstinación
Esta conducta puede en algunas ocasiones ser peligrosa tanto para la persona que observa el comportamiento como para terceros, dado que esa postura tan férrea de no aceptar errores o los consejos de la experiencia de los otros puede desembocar en una acción imprudente que termine lastimándolo a él y a quienes lo rodean.
La obstinación siempre va en contra del aprendizaje y del bien común, solamente prevalece su propio interés y que las cosas se hagan como él dice y quiere.
Aquí nos encontramos con una estrecha relación con el capricho dado que se quiere que todo se haga según lo que dicta su voluntad.
Este tipo de actitud suele ser muy incómoda y recibida como hostil por parte de las personas que viven alrededor de los obstinados, es ciertamente molesto tener que lidiar con alguien que siempre quiere tener razón aunque no la tenga en lo más mínimo.
La falta de autocrítica seguramente alejará a la gente y el obstinado suele terminar aislado en materia social.
Es sin dudas un gran defecto de la personalidad, cuando implica esta actitud de querer siempre tener la razón, que si no corrige a tiempo, puede, como ya dijimos, generarle ciertos problemas en las relaciones sociales a quien lo padece.
La principal diferencia entre el sentido positivo y negativo de este concepto es que en el primer caso la persona es capaz de rever su conducta y modificarla para triunfar o lograr su meta, mientras que en el segundo caso hay una imposibilidad de volver atrás en lo que se hace y se suele incluso culpar a los demás de los propios fracasos.
Trabajo publicado en: Sep., 2010.
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