Significado de organización Definición, valor y desorganización

Definición formal
Organización es el desarrollo de un sistema de orden y armonía que facilite emprender un objetivo concreto individual o institucional, considerando posibles variables que puedan interferir, por ejemplo para esclarecer prioridades personales, convocar una protesta, realizar un torneo deportivo, o diagramar un proyecto económico. Se observa como una herramienta que se aplica en todas las esferas y niveles.
La procedencia etimológica del término remite al francés como organisation, no obstante es necesario profundizar su origen para observar la raíz en el latín organizationem, con respecto al vocablo organum, tomado del griego como organon, contemplándose como preparación o instrumento.
Toma la forma de una entidad pública o privada, sobre una conformación y funcionamiento dentro del marco legal correspondiente, a la que pertenece un determinado grupo de personas.
En lo personal, en lo que respecta a la administración del hogar, hay que apreciar la injerencia que ha tenido la japonesa Marie Kondo a nivel mundial, reconocida como una de las más importantes por la revista Time en 2015, desde sus libros y apariciones televisivas, quien se ha transformado en un ícono transmitiendo un mensaje de tener sólo aquello que nos produce felicidad, y por ende deshacernos del resto de objetos superficiales, que no cumplen otro objetivo que obstaculizar.
Especialización del trabajo
En la actividad empresarial se establece una estructura organizativa determinada. Lo mismo sucede en un equipo de fútbol, en una asociación o en cualquier colectivo humano.
Uno de los principios generales de toda estructura organizada es la especialización del trabajo. Esta forma de gestionar una actividad no es, ni mucho menos, algo reciente, ya que las primeras civilizaciones de la humanidad se desarrollaron precisamente cuando cada miembro de una comunidad se dedicó a una tarea específica.
A partir de la especialización de las tareas se produjo un salto cualitativo en la consolidación de las estructuras sociales.
Valor del cerebro como organizador esencial
Todo lo que nos rodea tiene un cierto grado de organización, pero esto no sería posible si no hubiera algo que permite el establecimiento de un orden u otro. Ese algo es precisamente nuestro cerebro.
El cerebro es la parte más voluminosa del encéfalo y se divide en dos hemisferios separados por un surco central. Cada hemisferio se divide en cuatro lóbulos: frontal, parietal, temporal y occipital. En su interior existen millones de células especializadas (las neuronas), las cuales están interconectadas.
Los circuitos que se forman a través de las sinapsis que unen las neuronas permiten que podamos procesar la información proveniente de los sentidos y del propio cuerpo.
El cerebro realiza funciones sensoriales, motoras y de integración y con ellas articulamos una memoria, un lenguaje o una escritura.
El hemisferio izquierdo está especializado en el lenguaje y en el control de los movimientos, mientras que el derecho se centra en la captación de los sonidos, en la localización espacial de los objetos y en la percepción táctil.
En síntesis, la estructura organizativa del cerebro constituye el origen de todas las posibilidades de organización.
Desorganización: El mejor camino hacia el fracaso
Para lograr un objetivo personal o profesional es necesario manejar correctamente una serie de aspectos. El factor motivacional proporciona la energía necesaria para realizar cualquier actividad. Una correcta definición de los objetivos es un elemento fundamental. Así mismo, el talento y el esfuerzo son ingredientes imprescindibles.
Sin embargo, ninguno de los aspectos o ingredientes mencionados es suficiente si no va acompañado de una capacidad de organización.
Las personas desorganizadas son aquellas que no establecen prioridades en la ejecución de sus actos y las que no planifican sus proyectos con un mínimo de antelación. Normalmente su desorden afecta a todas las esferas de la vida, desde su propio hogar hasta el control de las finanzas.
Las personas organizadas no tienen garantizado el éxito, pero aquellas que son desorganizadas sí tiene garantizado el fracaso.
Fuentes consultadas:
Marie Kondo en el ranking Time 100

