Definición de Parcialidad

Cuando se adopta una posición a favor de otra persona o de una causa sin un criterio objetivo y riguroso se está siendo parcial. Quien actúa de esta manera, tiene un comportamiento interesado, arbitrario y, por lo tanto, injusto. Si queremos ser justos en nuestras decisiones es necesario evitar la parcialidad.

Sin imparcialidad no pueden tomarse decisiones justas

Cuando un árbitro de fútbol dirige un partido, se presupone que todas sus decisiones deben ser imparciales, pues de lo contrario estaría comportándose de manera totalmente injusta. De manera análoga, un juez tiene que realizar su trabajo huyendo de cualquier decisión parcial.

En ciertos contextos sociales la actitud parcial de alguien no implica ninguna injusticia, pues se trata de una posición razonable. Pensemos en un padre que vigila a su hijo mientras juega en el parque con otros niños. El padre no es un cuidador de todos los niños y es lógico que vigile con más atención a su propio hijo que a los demás.

En consecuencia, no sería sensato afirmar que el padre está siendo parcial. Sin embargo, en otro tipo de contextos sí es imprescindible que la postura de alguien sea neutral o imparcial. Imaginemos que un profesor corrige los exámenes de sus alumnos y, de manera consciente, da una mayor puntuación a unos que a otros. Su comportamiento está siendo injusto, ya que su profesión le obliga a tomar decisiones partidarias.

En síntesis, hay profesiones y actividades que llevan implícitas una posición totalmente imparcial y neutral.

Distintas formas de parcialidad

En el ámbito laboral las empresas eligen a los candidatos más aptos para cada puesto de trabajo. Esta idea general no siempre se cumple y cuando un candidato es elegido sin un criterio objetivo se habla de enchufismo o nepotismo. Algo muy similar ocurre con el amiguismo y el clientelismo, dos formas de favorecer a las personas cercanas por algún tipo de interés personal.

No es fácil ser imparcial

Si bien en teoría es deseable que todas las decisiones sean imparciales y justas, en la práctica es bastante más difícil. En mayor o menor medida, todos tenemos prejuicios, intereses e inclinaciones personales que influyen poderosamente a la hora de decidirnos por una opción u otra.

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