Definición de Profundización

Cuando empezamos a interesarnos por un tema determinado, nuestros conocimientos sobre los mismos son limitados. Con el paso del tiempo vamos familiarizándonos con el vocabulario, la metodología y las técnicas que lo conforman. En este proceso de adquisición y asimilación estamos profundizando, llevando a termino una profundización.

La palabra profundización se refiere inicialmente a la acción de hacer algo más profundo. Pensemos, por poner un ejemplo, en un simple agujero que a través de alguna máquina se va haciendo más hondo. Por extensión se aplica en otro sentido, principalmente al referirnos al conocimiento de algo.

Conocer es una actividad inacabable. Empezamos a comprender un tema manejando sus rudimentos y aspectos más básicos y elementales. Tras un periodo de asimilación, el conocimiento que adquirimos va siendo mayor, vamos relacionando los diversos aspectos del asunto que nos interesa.

En otros momentos de la historia el saber tenía un enfoque general. Pensemos en la medicina. El médico curaba todo tipo de dolencias. Al ir avanzando la medicina se originó una mayor especialización, la cual implica la necesidad de profundización.

Una persona es un experto en una materia cuando ha conseguido un vasto y detallado conocimiento sobre ella. Lo contrario sería tener una visión superficial, unas ideas generales e insuficientes.

En principio, la idea de profundización es considerada como positiva. Pero es un fenómeno no exento de peligros. Un exceso de profundización en un ámbito concreto ( siguiendo con la medicina podríamos pensar en un oftalmólogo especialista en la retina ) puede provocar un desconocimiento de una información relevante en el campo del saber que tiene un sentido general. La profundización es un arma de doble filo: positiva en un sentido específico y negativa al incorporar el riesgo de ignorancia de un tema en su aspecto global.

En el terreno profesional cada actividad laboral requiere de unas destrezas muy determinadas. La formación de los trabajadores es permanente, ya que hay nuevas técnicas y procesos que deben aprenderse para una correcta adaptación a las necesidades de los mercados y los clientes. En esta línea, la profundización es totalmente necesaria. Sin ella, estaríamos estancados, oponiéndonos a la transformación y evolución permanente de la realidad.