Definición de Reglamento Interno
Un reglamento interno es un sistema de regulación a través del cual se organiza un colectivo de personas (una asociación cultural, un partido político, una empresa, un club deportivo o cualquier otro).
Como norma general, cada grupo humano está sometido a reglas y normas externas, las cuales se imponen por una entidad superior (por ejemplo, el estado establece leyes que posteriormente se plasman en reglamentos concretos). Sin embargo, cada colectivo se organiza según sus propios criterios e intereses y en este sentido es necesario establecer un reglamento interno para garantizar el buen funcionamiento de una entidad.
Características generales
Todo reglamento interno tiene una idea general fundamental: hay unas normas que deben cumplirse. Lo importante es que dichas normas sean adecuadas, ni demasiado estrictas ni demasiado permisivas.
Para que haya efectividad en su cumplimiento, es necesario que las reglas sean conocidas por todos los miembros que forman parte de un colectivo. Por otra parte, deben ser claras y sin ningún tipo de ambigüedad. También es muy conveniente que las reglas se vayan actualizando y se adapten a las nuevas circunstancias. Otro aspecto importante es el régimen disciplinario, es decir, el conjunto de sanciones que se imponen cuando hay un incumplimiento del reglamento interno.
Reglamento interno en una empresa
Muchas compañías disponen de reglamentos propios. Es lógico que así sea, ya que de esta forma se evitan posibles conflictos y se adoptan criterios generales que dificultan tomar decisiones arbitrarias y potencialmente injustas.
Se podría decir que un reglamento interno en el ámbito empresarial establece las “reglas de juego” del trabajo, es decir, lo que se puede hacer y lo que no, así como los límites en ciertas actuaciones y los procedimientos adecuados.
Normalmente, las disposiciones reglamentarias se presentan en artículos que se agrupan en temas diversos (sobre la puntualidad, las horas extras, la conducta, la vestimenta, sanciones, etc).
Con el consentimiento y apoyo de todas las partes
Para que un reglamento interno no se quede en “papel mojado” es necesario que sea firmado por los empleados y, sobre todo, se aplique con normalidad y de manera justa, ya que una reglamentación debe ser igual para todos y sin ninguna excepción. Por último, es muy conveniente que el documento del reglamento esté consensuado por los empleados y el empleador. De esta manera, se entenderá que no es un capricho o que tiene una intención sancionadora o represiva sino que el reglamento obedece a un propósito legítimo: que la actividad laboral transcurra con los menos incidentes posibles y en unas condiciones óptimas de trabajo.
Trabajo publicado en: Abr., 2015.
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