Significado de terrorismo de estado Definición, y ejemplos contemporáneos
Periodista esp. e investigador
Definición formal
El terrorismo de estado es el accionar de medidas de intimidación, persecución y/o asesinato, suprimiendo derechos y garantías constitucionales, pautando un control social basado en el terror, llevado adelante por el aparato de poder público responsable por el orden y la seguridad de la sociedad a la que debería proteger sin ningún tipo de discriminación, visto comúnmente en procesos de dictadura, cuyo escenario está constituido por dos factores: primero, la existencia de un estado con intereses nacionales (y no solo personales de sus gobernantes) y, segundo, cuando es posible diferenciar un acto de esta índole organizado con finalidad política al respecto de una acción militar o motivo individual.
La primera definición como práctica del terror ejecutada por un estado/gobierno, se observa en el diccionario inglés Oxford de 1795, en referencia al período del Terror de la revolución francesa (1793-94). En este más de medio año en el que dura el Terror, el llamado Comité de Salvación Pública dominado como tal por Robespierre y sus partidarios, realiza intimidaciones y asesinatos de adversarios políticos (a quienes considera poco afines a su idea de revolución), utilizando para ello el aparato estatal y amañando las pruebas que sean necesarias.
Víctimas de los pogromos
Si bien los judíos habían sido hostigados en Europa desde la edad media por motivos religiosos principalmente, la Rusia zarista utiliza el terrorismo de estado contra ellos para distraer a los ciudadanos descontentos del origen real de sus problemas.
Así, por ejemplo, el libelo “Los protocolos de los sabios de Sión” es una invención de la policía secreta zarista para acusar a la comunidad judía de intentar manipular la política del país y, de esta forma, azuzar los pogromos y justificarlos posteriormente.
Precisamente, los judíos seguirán siendo víctimas en la Unión Soviética de los años 30, y en la Alemania nazi de la misma época, entre otras comunidades.
El régimen de Stalin, como ya lo fuera con Lenin y con los sucesores de Stalin, emplea sistemáticamente el terrorismo de estado para fabricar pruebas en contra de disidentes y también de adversarios políticos que podrían discutir el cargo a ciertos personajes bien situados en el régimen.
Es lo mismo que practica Hitler desde Berlín, con ejemplos en la Noche de los cuchillos largos, y la Noche de los cristales rotos, contra las SA para evitar que la revolución propugnada por Ernst Röhm pudiera llegar a buen puerto por un lado, y para aterrorizar a la comunidad judía por el otro.
Ya en plena conflagración mundial, las potencias del eje practicaron el terrorismo de estado, amparados por sus propios gobiernos, con ejecuciones sumarias y torturas para infundir terror en las poblaciones civiles. Principalmente se destacaron las nazis de todos los países (especialmente aquellos encuadrados en las Waffen SS), y las tropas imperiales japonesas en todos los territorios que iban conquistando, con especial virulencia contra los chinos.
Ejemplos contemporáneos
Tras la guerra, los británicos en Kenia contra los Mau Mau, y en Irlanda del Norte unas décadas más tarde, emplearon métodos que caen de lleno en el terrorismo de estado. También la voladura del barco Rainbow warrior por parte de agentes secretos franceses es uno de los casos que más ha dado qué hablar.
Las dictaduras sudamericanas y africanas apoyadas por la URSS o los Estados Unidos en las décadas de los 50 a los 80, emplearon sistemáticamente el terrorismo de estado para afianzarse y combatir a sus enemigos internos (apoyados, a su vez, por la superpotencia enemiga).
En España, el gobierno socialista de Felipe González organizó los conocidos como GAL (Grupos Antiterroristas de Liberación), una organización terrorista financiada con fondos secretos de dicho gobierno, cuya misión era luchar, mediante atentados terroristas fuera más allá de la legalidad democrática, contra otra banda terrorista: la independentista ETA (País Vasco).
Los grupos infiltrados por la Operación Gladio, como las Brigadas Rojas italianas, también pueden considerarse como parte del terrorismo de estado.
Y más contemporáneo son los atentados y asesinatos de disidentes rusos que desde occidente se han relacionado con el gobierno de Putin, como es el caso del exespía Serguéi Skripal, o el intento de envenenamiento del político opositor Alekséi Navalni, entre otros.
Trabajo publicado en: Oct., 2020.
Ilustraciones: Arte, Olku