Definición de Virreinato de la Nueva España
Periodista esp. e investigador
Los territorios conquistados u ocupados en régimen colonizador tienen que organizarse, estructurarse y vertebrarse de alguna forma, lo cual a posteriori puede condicionar también su devenir.
En el caso de los dominios en América central y del norte que tenía la corona española desde el inicio de la conquista, hasta su independencia en el siglo XIX, estos se organizaron en el llamado Virreinato de la Nueva España.
El Virreinato de la Nueva España es una entidad geopolítica dependiente de la corona española, que aunó, desde 1535 y hasta 1821, los territorios que ésta poseía en centro y norteamérica.
También se incluyeron las Filipinas, islas a las que los españoles llegaron sin colonizar en 1521, pero que fueron colonizadas a partir de 1564.
Pese a que la fecha de creación oficial de creación del Virreinato data de 1535, podemos remontar la historia del Virreinato a la conquista de Tenochtitlan por parte de Hernán Cortés, la destrucción de la ciudad, y su reconstrucción ya como México.
El mismo Cortés, en un memorando dirigido al emperador Carlos V en 1520, sugería la creación de una entidad geopolítica denominada Nueva España, término que acabaría haciendo fortuna y que sería sancionado en 1535 mediante una real cédula.
El mismo Cortés construiría su pequeño imperio en el nuevo mundo a partir de sus propias conquistas bajo el nombre de Nueva España.
La articulación de los nuevos territorios se hizo en base al reasentamiento de las poblaciones indígenas sometidas en núcleos de población de cierto tamaño, buscando adaptar la distribución del territorio al sistema imperante en España.
Del mismo modo, se buscó amoldar la organización social a la española, aunque pervivieron ciertas infraestructuras físicas, poblaciones, costumbres y usos sociales indígenas en la nueva organización, tanto territorial como social.
Los dominios del Virreinato fueron expandiéndose hasta el siglo XIX, cuando llegó a su máxima expansión, justo antes de perder Louisiana ante los franceses.
En esa época, el Virreinato incluía lo que es actualmente México, toda la costa oeste y el centro del actual territorio de los Estados Unidos hasta llegar a, más o menos, lo que sería actualmente la punta sur del estado de Alaska, al sur la Península de Florida, Cuba, la actual República Dominicana, el norte de Venezuela, las Filipinas y algunas islas en el Pacífico.
Organizativamente, estos territorios fueron divididos en reinos y capitanías. En 1786 se introdujo el sistema de intendencias, que había llegado a la metrópoli española desde Francia, y que dió buenos resultados en el territorio peninsular, pasando de allí a los dominios coloniales hispanos.
El fin del Virreinato como entidad política llega con la constitución de Cádiz de 1812, realizada durante la Guerra de la Independencia contra las tropas napoleónicas francesas, y que dividió el Virreinato en provincias dependientes cada una directamente de Madrid.
La idea de aquella constitución de corte liberal era otorgar los mismos derechos a los territorios españoles peninsulares y coloniales, de forma que se creara una entidad estatal única repartida entre dos hemisferios.
En las Cortes de Cádiz hubo también representantes de los territorios de ultramar, incluídos del Virreinato de la Nueva España.
Pese a que la Constitución de Cádiz fue abolida por Fernando VII en 1814, el destino del Virreinato ya estaba sellado, y también por otro fenómeno: los movimientos independentistas americanos.
Pero esa, ya es otra historia.
Foto: Fotolia – patrimonio
Trabajo publicado en: Jul., 2018.
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