Definición de Efecto Pigmalión-Galatea
Los relatos de la mitología son mucho más que simples historias del pasado. En este sentido, muchos de los mitos griegos han servido de inspiración para explicar todo tipo de realidades humanas. El efecto Pigmalión-Galatea es un buen ejemplo de ello.
La idea fundamental del efecto Pigmalión-Galatea
En la década de 1960 los psicólogos Rosenthal y Jacobson hicieron un experimento con un grupo de profesores y alumnos. A los profesores se les comunicó que sus alumnos habían superado una serie de pruebas y que éstas demostraban sus altas capacidades.
Al finalizar el curso los alumnos obtuvieron muy buenos resultados académicos. Lo curioso de este experimento consiste en el hecho de que las pruebas iniciales nunca tuvieron lugar.
Los investigadores extrajeron la siguiente conclusión: los buenos resultados obtenidos se debían a que los profesores tenían grandes expectativas con respecto a sus alumnos.
En el ámbito de la psicología este experimento pone de manifiesto que las expectativas de una persona pueden influir favorable o desfavorablemente en el rendimiento de otros. Así, si un padre le dice a su hijo que espera mucho de él, es muy probable que el hijo reaccione positivamente, pues las palabras de su padre le sirven para potenciar su autoestima y su motivación personal. Como es lógico, para que el efecto Pigmalión-Galatea funcione correctamente es necesario que las expectativas que se proyectan se fundamenten en posibilidades reales de éxito y no en suposiciones.
Una estrategia que se puede incorporar en el contexto de la enseñanza
Las conclusiones del efecto Pigmalión-Galatea han sido útiles para activar todo tipo de estrategias en el ámbito de la educación. Así, psicólogos, pedagogos y educadores emplean este recurso para motivar a sus alumnos en su proceso de formación.
El relato mitológico
En varios relatos de la mitología griega y en la obra «Las metamorfosis» del poeta romano Ovidio se cuenta que Pigmalión era un rey triste y solitario que vivía en la isla de Chipre. La única pasión del rey era la escultura y por este motivo decidió esculpir la estatua de mármol de una mujer perfecta e ideal. Cuando acabó su escultura le puso el nombre de Galatea.
Si bien estaba plenamente satisfecho con su obra, el rey se sentía frustrado porque no podía amar a una mujer de mármol. Su amor imposible llamó la atención de la diosa Afrodita, quien conmovida por el sincero sentimiento del rey hizo que Galatea se convirtiera en una verdadera mujer de carne y hueso.
De esta manera, el rey Pigmalión se pudo casar con su amada Galatea. Según la tradición mitológica, de la unión de ambos nació la isla de Pafos.
Fotos: Fotolia – makis7 / zinkevych
Trabajo publicado en: Nov., 2017.
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