Definición de Efecto Streisand
Periodista esp. e investigador
“Si lo construyes, él vendrá”, le espeta Joe “el descalzo” Jackson (Ray Liotta) a Ray Kinsella (Kevin Costner) en el film Campo de Sueños; para definir el llamado efecto Streisand podemos parafrasear la anterior frase como “si lo prohibes, ellos lo reproducirán”.
El llamado “efecto Streisand” consiste en la reproducción a través de canales digitales de Internet, de una información que se intenta censurar, de forma que esta acaba recibiendo todavía más publicidad de la que querían evitar los censores.
Es de suponer como una cualidad humana básica el interesarnos por cualquier cosa que se prohiba, sea a nosotros mismos o a los demás. Y de eso precisamente va este efecto, pues dicta que toda información prohibida generará todavía mayor interés.
Ello va en detrimento de quien intenta prohibirla, ya que gracias a las facilidades que proporciona Internet, como las redes sociales, el interés despertado se nutre y permite una mayor difusión de la información que se pretendía erradicar.
El nombre del efecto Streisand viene de la famosa cantante y actriz estadounidense.
En 2003, Barbra Streisand demandaba a una página en la cual se publicaban fotografías de propiedades inmobiliarias situadas en la costa de California, con la finalidad de denunciar la erosión que la costa sufría con la construcción de viviendas en primerísima línea de mar.
Streisand se quejaba que aquella publicación violaba su intimidad, y un tribunal le dió la razón obligando al sitio web que la alojaba a eliminarla de su base de datos.
No obstante, y si hasta antes de la denuncia, la imagen había despertado escaso interés, la querella interpuesta por la cantante había multiplicado por varios órdenes las descargas y la había viralizado hasta tal punto que la gente la compartía a través del correo, los tablones de anuncios y la mensajería instantánea (las redes sociales aún tardarían entre dos y tres años en surgir y popularizarse).
Con posterioridad, hemos podido vivir muchos otros ejemplos de este efecto.
Uno de estos ocurrió en Túnez en 2007, consistente en la prohibición del gobierno tunecino de acceso a vídeos de YouTube y Dailymotion grabados por opositores. Dichos vídeos empezaron a circular clandestinamente en a través de Internet, teniendo gran impacto en la población.
En 2013, la cantante Beyoncé realizó una interpretación durante el evento de media parte de la Super Bowl, que dejó imágenes muy sugerentes para un amante del Photoshop. La posterior aparición de un artículo que recopilaba algunas de estas imágenes modificadas en Buzzfeed, hizo que el responsable de relaciones públicas de la cantante solicitara amablemente su retirada… solo para ver como se publicaba un segundo reportaje denunciando el intento de censura, y este se convirtiera en viral.
El film The Interview, que Corea del Norte quiso impedir que se difundiera, ganó todavía mayor notoriedad, incluso pese al hackeo que sufrió Sony, y pese a que acabó siendo proyectada en menos salas de cine de lo que debiera haber sido, su difusión a través de Internet se maximizó.
No es tampoco nada nuevo; en 1988, y por lo tanto antes de la eclosión de Internet entre el gran público, el libro Los versos satánicos del escritor británico de origen indio Salman Rushdie, fue prohibido por el régimen de los ayatolás en Irán, concitando mucha mayor atención -especialmente en el mundo occidental cristiano- sobre él que si nadie hubiera intentado prohibirlo.
Probablemente, la empatía por aquellos a los que se prohibe algo, permite que exista el llamado “efecto Streisand”.
Trabajo publicado en: May., 2018.
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