Definición de Hábito
Doctor en Psicología
1. Hábito es un término utilizado para caracterizar patrones de comportamiento frecuentes o comunes adquiridos de forma natural o por la repetición constante. La palabra también se puede utilizar para clasificar adicciones y manías. Ejemplos: A) ‘La iglesia tiene la costumbre de tocar la campana todas las noches’. B) ‘Se acostumbró a comer un dulce de postre’. C) ‘No puede dejar el hábito de fumar’.
2. Biología. Comportamiento predecible manifestado por animales o plantas. Ejemplo: ‘Los peces tienen la costumbre de nadar a lo largo del río en invierno’.
3. Modelo de indumentaria religiosa característica de los miembros de determinadas órdenes, como en el caso de monjas y monjes.
Etimología: Por el latín habĭtus, respecto del verbo habēre, en cuanto ‘tener’.
Cat. gramatical: Sustantivo masc.
En sílabas: há-bi-to.
Hábito
Los hábitos son respuestas conductuales a estímulos específicos que se producen de manera regular, automática y sin un proceso reflexivo. Por tal motivo, no representa un esfuerzo físico o mental para las personas.
Es común considerar a los hábitos como aquellas actividades que no representan necesidades básicas (por ejemplo, comer, dormir, etc.) pero que repetimos a lo largo del día. De modo que las personas los categorice como buenos hábitos (por ejemplo, leer, ahorrar dinero o ejercitarse) o malos hábitos (por ejemplo, beber alcohol, fumar o morderse las uñas). Sin embargo, ¿qué hace que una conducta sea considerada como un hábito?, la psicología desde sus múltiples paradigmas ha realizado una serie de propuestas que intentan responder a esta pregunta, y aunque se cuenta con múltiples conceptualizaciones, el consenso general propone que un hábito es una conducta recurrente que se produce en un contexto determinado y que no requiere de un proceso cognitivo para su desarrollo.
Debido a que los hábitos son conductas que las personas realizan día a día con el objetivo de alcanzar una meta, representan una oportunidad para la disciplina psicológica para el cambio conductual. Por ejemplo, recientemente en el campo de la psicología de la salud se ha investigado como la formación de hábitos favorecería el desarrollo de conductas positivas en salud, como el incremento en la adherencia al tratamiento en pacientes con enfermedades crónicas cómo la diabetes.
Pistas contextuales
Uno de los elementos claves para la comprensión y formación de los hábitos son las pistas contextuales. Dada la naturaleza de conducta automática de los hábitos, estos requieren de la presencia de ciertos estímulos asociados al contexto situacional que permitan su activación; estos estímulos pueden ser aspectos del ambiente, otras personas o inclusive una secuencia de acciones concreta. Dichos estímulos, que de ahora en adelante serán llamados pistas contextuales, son interiorizados por la persona y se convierten en representaciones mentales que activan el sistema sensoriomotor para dar la respuesta adecuada para una determinada situación. De este modo, una vez que las pistas contextuales son asociadas a una conducta, la persona responde a los estímulos sin la necesidad de un proceso reflexivo en el que decida cómo debe responder ante dicha situación.
Por ejemplo, los pacientes con diabetes pueden formar hábitos positivos para su salud; suponiendo que la meta sea hacerse realizarse un examen de glucosa en la sangre, las pistas contextuales podrían ser una hora específica del día (estímulo del ambiente), que su pareja le recuerde hacerlo (otra persona), o realizarse el examen previo a tomar el desayuno (secuencia de acciones).
Formación del hábito
El supuesto básico de los hábitos es el aprendizaje instrumental, es decir, una conducta aprendida a través de la repetición y que buscan una recompensa final. Aunado a esto, cuando las personas realizan la repetición de las conductas, también inicia un proceso de asociación de las pistas contextuales con las acciones a realizar; dicha asociación permite que en eventos futuros la presencia de estos estímulos active las conductas necesarias.
En consecuencia, la interacción entre la acción y la pista contextual consolida la automaticidad de la conducta y genera un nuevo hábito. Es necesario mencionar que, si bien la repetición de conductas se realiza intencionadamente, la asociación entre respuesta y pistas contextuales es un proceso “accidental” y del cual las personas reportan no haber estado conscientes. Durante la formación del hábito, los mecanismos cognitivos (mediante las pistas contextuales) y neuronales (mediante la liberación de dopamina) que se encuentran asociados a la memoria procedimental, comienzan a presentar cambios que favorecen el desarrollo de las conductas automáticas.
Cambio conductual basado en hábitos
Si bien las personas pueden desarrollar hábitos positivos, la realidad es que también puede tener hábitos poco deseables por lo que es necesario preguntarse ¿podemos cambiar un hábito una vez que se ha formado?, la evidencia que da respuesta a esta pregunta puede ser desesperanzadora.
En el 2006 una revisión de la literatura realizada por Webb y Sheeran determinó que las intervenciones desarrolladas para el cambio de los hábitos influyeron en la intención de llevar a cabo conductas realizadas de manera esporádica, sin embargo, todo indica que los hábitos más arraigados no son afectados por estas intervenciones. Se ha propuesto que las pistas contextuales son la causa de que las intervenciones sean ineficientes, es decir, debido a la naturaleza de las pistas contextuales, estas activan la conducta sin que el individuo lo desee.
Aunque la evidencia anterior podría dejar al lector(a) con un sentimiento de pesimismo al pensar que en caso de poseer un hábito negativo no podría deshacerse de este, día con día surgen intervenciones que tienden a ser cada vez más efectivas. Por un parte se ha propuesto que se debe contar con acciones inhibitorias de las conductas para evitar su repetición; pero, por otra parte, también se han planteado la necesidad de abordar los aspectos ambientales, pues tal como la evidencia sugiere, las pistas contextuales son una de las principales barreras para el cambio de hábitos.
Art. actualizado: Nov. 2022; sobre el original de diciembre, 2008.
Referencias
Webb TL, Sheeran P. 2006. Does changing behavioral intentions engender behavior change? A meta-analysis of the experimental evidence. Psychology bulletin, 13, :249–68Wood, W. & Rünger, D. (2016) Psychology of habit. Annual Review of psychology, 67, 11.1-11.26.
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