Definición de Insulina
La Insulina es una hormona que tiene como función controlar y regular la glucosa dentro del organismo con la finalidad de que esta se mantenga entre 80 y 100 mg/dl durante el ayuno y no exceda los 200 mg/dl después de comer, volviendo a su nivel basal a las dos horas después de haber ingerido alimentos.
Este control lo lleva a cabo activando los mecanismos que hacen que el azúcar pase de la sangre a las células para ser utilizado como fuente de energía y propiciando además los diversos procesos de almacenamiento de energía de forma tal que pueda ser utilizada a corto o largo plazo.
Esta hormona es producida en el páncreas, por unas células conocidas como células beta que se distribuyen formando islotes dentro de este órgano. El proceso de secreción de insulina es bastante complejo y se halla controlado por el sistema nervioso, otras hormonas como el glucagón, la somatostatina y el cortisol, siendo activado tras la llegada de alimentos al tubo digestivo.
Efectos de la Insulina
Los principales tejidos en donde la insulina ejerce este efecto son a nivel de las células del músculo, las células del hígado y además en el tejido graso.
Efectos en el músculo. Estimula el paso de la glucosa a las células musculares para que sea utilizada como fuente de energía durante la actividad muscular, además de ello estimula la entrada de los aminoácidos para que se lleve a cabo la producción de proteínas a ese nivel.
Efectos en el hígado. Estimula la producción de glucógeno, una forma de almacenamiento de glucosa que es utilizada para mantener la glicemia entre las comidas y durante los periodos de ayuno, también estimula la síntesis de proteínas hepáticas.
Efectos en el tejido adiposo. El paso de glucosa al musculo tiene como finalidad que esta sea utilizada durante la actividad muscular, cuando esto no ocurre pasa entonces al tejido adiposo donde se convierte en triglicéridos, que se acumulan en los adipocitos para ser almacenados y utilizados cuando aumente el requerimiento energético.
La insulina y el crecimiento
La insulina tiene un papel fundamental en el crecimiento ya que es necesaria para que se lleve a cabo la producción de las proteínas, en este sentido es necesaria la presencia tanto de la insulina como de la hormona de crecimiento para que los niños puedan desarrollarse íntegramente y alcanzar la estatura que dictamina su potencial genético.
Trastornos en la producción de insulina
La producción de insulina se ve afectada en la enfermedad conocida como diabetes. En la Diabetes tipo I se produce una destrucción de las células beta del páncreas, por lo que el organismo no es capaz de producir esta hormona siendo necesaria la administración de insulina en forma de inyecciones de forma permanente para mantener la vida.
La Diabetes tipo II es un trastorno distinto, en este la reserva del páncreas se ve agotada por diversas causas lo que lleva a la disminución progresiva en la producción de insulina con lo que se incrementan los niveles de azúcar en la sangre.
Otro trastorno asociado con esta hormona es la Resistencia a la insulina, se trata de un trastorno del metabolismo en el cual los tejidos necesitan ser estimulados por concentraciones cada vez mayores de insulina para lograr disminuir los niveles de azúcar en la sangre. Esta condición es frecuente en personas con sobrepeso en las que hay tendencia a ser sedentarias e ingerir dietas ricas en grasas y azúcares.
Trabajo publicado en: May., 2015.
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