Definición de Lenguaje de Género
El uso de las palabras nunca ha sido una cuestión inocente y meramente descriptiva. Empleamos eufemismos para evitar términos que suenan mal (no es lo mismo decir que alguien es poco agraciado que directamente afirmar que es feo).
Desde un punto de vista histórico, el uso de los términos que empleamos evoluciona a partir del cambio de mentalidad de una sociedad (antiguamente a las personas con alguna discapacidad mental se les llamaba anormales o impedidos y en el lenguaje de la medicina se afirmaba que padecían idiotismo).
Por otro lado, los términos masculinos y femeninos han tenido y tienen una valoración social muy distinta (un zorro es un hombre muy astuto pero una zorra es una mujer promiscua o que se prostituye).
En los últimos años algunos sectores del movimiento feminista proponen un cambio en el lenguaje
Quienes defienden un lenguaje inclusivo de género, también conocido como lenguaje no sexista, proponen un nuevo estilo en la comunicación con el fin de no discriminar a las mujeres. Desde su visión, en lugar de hablar de «los profesores» o «los ciudadanos» en un sentido general que incluya a hombres y mujeres, se deberían emplear otras denominaciones, como «el profesorado» o «la ciudadanía«.
En la oración «los abogados se reunieron para expresar su descontento» se excluye a las abogadas y, por lo tanto, es una afirmación que margina a la mujer dedicada al ámbito del derecho.
Desde las filas del feminismo se argumenta que el lenguaje está masculinizado y esta circunstancia provoca la invisibilidad de la mujer. Para erradicar la marginación de lo femenino en la comunicación se propone una alternativa: un lenguaje en el que no exista ninguna desigualdad relacionada con el género.
En esta línea, en los medios de comunicación y en el ámbito político es habitual que el hablante diferencie entre los diputados y las diputadas, entre amigos y amigas, etc.
Son varios los argumentos utilizados entre quienes no comparten el uso de un lenguaje no exista
Cuando se usa el género masculino para generalizar no hay ninguna exclusión o discriminación de lo femenino. En la oración «los niños pequeños deben ser vacunados» se usa el género masculino por una cuestión de economía del lenguaje y no para excluir a las niñas.
Por otra parte, una posible alternativa implicaría un mensaje muy poco natural (por ejemplo «la vacunación es importante en la niñez» o «tanto niños como niñas deben ser vacunados»).
El uso permanente de una diferencia entre lo masculino y lo femenino altera la fluidez de cualquier mensaje, ya sea hablado o escrito.
Las guías de lenguaje inclusivo presentan ejemplos de lo que no se debe usar y lo que se debería usar en diferentes ámbitos: medios de comunicación, discursos, reglamentos, documentación oficial, etc. Para algunos este planteamiento es inadmisible, pues implica una intervención artificial sobre la forma de comunicarse de cada individuo.
Foto: Fotolia – Guingm5
Trabajo publicado en: Sep., 2018.
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