Qué es Listo

Uno de los empleos más habituales de este concepto permite indicar que algo ya ha sido preparado, terminado, finalizado de manera satisfactoria.

Aquello terminado

Así cuando por ejemplo terminamos de realizar alguna actividad o trabajo: lavar los platos, preparar una comida, finalizar un informe, entre otros, hablamos en términos de listo.

O sea, que el concepto en este sentido se asocia al fin de una actividad o tarea que se realizaba, en tanto, al ser finalizada podrá ser evaluada por quien corresponda, o bien permitirá que la persona emprenda otra acción o actividad nueva, según corresponda.

Persona que está libre para hacer o partir

Asimismo, cuando un individuo ya está en condiciones de hacer algo o de partir, se dice que está listo. “Listo, aquí tienes tu comida; está todo listo para el festejo; ya estoy listo, te espero en la puerta.”

Cuando alguien dice que está listo para algo, significa que a partir de ese momento estará libre, disponible para hacer lo que le pidan o a disposición.

Este sentido lo usamos muchísimo las personas cuando queremos avisarle a alguien que ya nos hemos bañado, cambiado, y preparado físicamente para asistir a un evento.

Algunos acontecimientos importantes demandan por parte de las personas un arreglo especial en lo físico, como por ejemplo maquillarse, en el caso de las mujeres, peinarse, y vestirse de acuerdo a la ocasión, y claro, ello conlleva un tiempo mayor al habitual.

Persona inteligente

Otro uso muy recurrente de la palabra es para referir la inteligencia, la sagacidad, o la habilidad que una persona presenta en relación a alguna actividad, tarea o trabajo especial.

O sea este sentido se emplea como sinónimo de inteligente.

Aquel individuo listo reúne determinadas condiciones que hacen que pueda sortear obstáculos y complicaciones en el camino que tiene que desandar para llevar a cabo su trabajo o tarea.

Capacidad para resolver problemas

Dispone de una habilidad para superar y destrabar situaciones que para cualquier otra persona resultan complejas y difíciles.

El inteligente dispone de inteligencia, que es la capacidad que permite la resolución de problemas usando de manera creativa recursos y herramientas que produzcan soluciones efectivas.

Una de las metodologías más populares a la hora de evaluar y de medir la inteligencia es a través del coeficiente intelectual.

Se somete a una persona a un test que contiene una serie de preguntas cuyas respuestas estarán estandarizadas y permitirán por ello medir el grado de inteligencia de la persona que se somete a él.

Se considera que las personas que superan el valor de 100 disponen de una inteligencia por arriba de la media.

Ahora bien, más allá de esta medición que nos permite aproximarnos a la inteligencia de alguien, es importante que mencionemos que también incide en la determinación de este aspecto la capacidad de alguien a la hora de resolver situaciones y problemas, como ya dijimos, y que pueden implicar desde cuestiones cotidianas hasta problemas científicos.

En la actualidad ha cambiado el paradigma, y por caso es que la inteligencia se asocia a lo que decíamos, la capacidad que alguien tiene de resolver situaciones conflictivas, de adaptarse a contextos nuevos de manera sencilla y rápida.

La contracara del listo o inteligente es el tonto, ignorante, una persona que manifiesta una muy poca o nula habilidad para desarrollar las acciones mencionadas de por ejemplo resolver un problema.

Por tanto, aquello que hace listo a alguien puede tener que ver con la inteligencia que presenta pero también puede estar vinculado a otro tipo de habilidades que no tienen que ver con un nivel intelectual o coeficiente de inteligencia superior.
“Juan es muy listo para los negocios. Tu hijo es muy listo, va a descubrir que lo querés engañar con esa información.”

También existen algunas expresiones populares que contienen el término listo y que solemos usar con frecuencia en nuestro lenguaje cotidiano, tal es el caso de: estar listo y pasarse de listo.

La primera la usamos cuando queremos expresar la seguridad que el plan de alguien no se concretará o fallará en su propósito.

Y la segunda expresión la usamos cuando se quiere dar cuenta de aquel que se cree que es más inteligente que otro y en realidad no es así.