Definición de Mujer
Se entiende por mujer a todo ser humano de sexo femenino, en oposición a aquellos de sexo masculino clasificados bajo el término hombre. Dentro de la categoría «mujer» pueden contarse las de niña, adolescente y adulta. A su vez, con frecuencia se utiliza el término «hombre» para referirse a la humanidad en general o al individuo en sociedad, de forma que también se comprende a la mujer en dicha consideración.
Desde el punto de vista biológico, una mujer es aquel ser humano que, producto de la fertilización del óvulo por parte de la célula espermatozoide, porta los cromosomas XX. Es interesante destacar que, en consecuencia, dado que el óvulo siempre incluye un cromosoma X, el sexo de la persona es definido siempre por el espermatozoide, que aportará ya sea un cromosoma Y (para dar lugar a un varón) o un cromosoma X (con lo cual el embrión será femenino).
Así, en el aspecto anatómico, la mujer contará con un sistema reproductivo constituido por los siguientes órganos sexuales: ovarios (productores de hormonas femeninas y fuente de los óvulos), trompas de Falopio (destinadas a la conducción del óvulo y del embrión), útero (órgano de la implantación habitual del embrión), vagina, vulva y senos. La función de estos órganos es tanto reproductora como maternal y se encuentra coordinada en forma específica por componentes endocrinos (hormonales), neurológicos (sistema nervioso central, especialmente a nivel del hipotálamo) y conductuales.
La ginecología es la rama de la medicina que trata las enfermedades y trastornos del sistema reproductor femenino. Por extensión, esta ciencia abarca otros aspectos menos específicos relacionados con la salud de la mujer. La medicina reproductiva y la obstetricia son aspectos complementarios de la medicina femenina, abocadas respectivamente a la fertilidad y al embarazo.
El inicio del período menstrual en la mujer representa también el comienzo de su ciclo sexual, con un ritmo de aproximadamente 28 días de duración. A su vez, culturalmente, el pasaje de una adolescente a una mujer está dado por su primera relación sexual. Estas transiciones incluyen componentes que exceden los parámetros biológicos, dado que el entorno social, ambiental y cultural motiva diferencias concretas en la concepción de la adolescencia y la vida adulta de las mujeres en distintos pueblos.
Vale señalar que algunas enfermedades están especialmente asociadas a la condición femenina, como lo es el cáncer de mama (si bien se describe ocasionalmente en los varones) y el cáncer de cuello uterino. Estas dos neoplasias se encuentran entre los tumores con mayores estrategias preventivas, debido a la difusión masiva tanto de las técnicas de pesquisa (controles mediante mamografía y pruebas de Papanicolau, entre otras) como de las de prevención activa, como la vacunación contra el virus del papiloma o HPV. Acaso como consecuencia de su mayor tendencia a las normativas para una vida sana, la expectativa de vida de la mujer supera en varios años a la de las mujeres en todas las sociedades actuales.
Otra enfermedad de presentación más frecuente en las mujeres es la osteoporosis, dada la rápida declinación de las hormonas sexuales y sus efectos protectores sobre el esqueleto. No obstante, a partir de los 70 años, el riesgo de esta afección parece igualarse entre ambos sexos, al igual que ocurre con la probabilidad de enfermedades cardiovasculares.
Es importante hacer hincapié en que existen diversas consideraciones acerca de lo que es femenino y aquello que no lo es, y éstas dependen del contexto sociohistórico al que pertenezcan. A través de la historia de la humanidad, y especialmente en ciertas etapas del siglo XX, el género femenino ha hecho importantes avances sobre la equidad de derechos respecto del masculino. El feminismo es un movimiento político y social que promueve los derechos de las mujeres en detrimento del machismo y de la hegemonía cultural masculina. Al día de hoy y cada vez más, la mujer no es sólo considerada en tanto madre y ama de casa, también es valorada a nivel profesional, social y cultural.
En este sentido, se puede reconocer una diferencia de orden cultural entre «sexo» (asociado fundamentalmente con aspectos biológicos) y «género» (como constructo social). En función de esta distinción semántica, se postulan parámetros vinculados con el «sexo femenino» y elementos de la cultura y del papel en la sociedad rotulados para el «género femenino». Se destaca que esta diferencia varía para cada sociedad, por lo cual es difícil establecer una frontera particular entre una y otra idea.
Trabajo publicado en: Oct., 2008.
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