Definición de Ritmo Circadiano

El cuerpo humano tiene sus propios ciclos biológicos que permiten autorregular las fases de sueño y de vigilia, así como algunos cambios orgánicos que se producen a lo largo de un día. El conjunto de dichos cambios es conocido como ritmo circadiano (el término circadiano hace referencia al periodo diario de 24 horas). Este ritmo del cuerpo viene a ser un reloj, el cual hace que nos adaptemos a los cambios que se producen a nuestro alrededor, especialmente el cambio diario en el ciclo luz-oscuridad.

Hay que tener en cuenta que todos los seres vivos tienen su reloj biológico y, en este sentido, en los últimos años ha surgido una disciplina que estudia este fenómeno de la naturaleza, la cronobiología.

Estamos diseñados biológicamente para dormir de noche y estar despiertos durante el día

Cuando los horarios naturales cambian como consecuencia de nuestros hábitos de vida se genera un desequilibrio en nuestro ciclo circadiano. Las personas con trabajos nocturnos o quienes se mantienen despiertos durante la noche, padecen alteraciones del sueño, las cuales tienen consecuencias para la salud. Hay que tener en cuenta que el sueño regula otras funciones del organismo, tales como la producción hormonal, la alimentación o el estado de ánimo. En pocas palabras, los horarios contrarios a nuestra naturaleza inciden negativamente en la salud.

Trastornos del ritmo circadiano

El reloj biológico del organismo marca la pauta de los ritmos circadianos. Este fenómeno se produce en el hipotálamo, donde hay neuronas especializadas que permiten coordinar nuestras respuestas a partir de los mensajes externos. Si el ritmo biológico natural está alterado esta situación afecta a las fases del sueño y a la temperatura corporal.

La discrepancia entre los ritmos del organismo y las señales ambientales cambian igualmente nuestra capacidad de atención durante la vigilia. Los expertos en cronobiología afirman que el reloj biológico de los humanos se encuentra igualmente en cada una de sus células.

El jet lag social

Nuestra vida cotidiana está sujeta a una serie de horarios convencionales. De esta manera, un niño tiene su horario escolar y un adulto su horario laboral.

Si la realidad social de cada individuo no se ajusta bien a su realidad biológica individual (a su ritmo circadiano), esta alteración crea un efecto similar al que se tiene después de una descompensación horaria tras un viaje. Por este motivo, los expertos en cronobiología hablan del jet lag social.

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