Definición de Sistema
1. Grupo de elementos o partes independientes que se conectan entre sí de manera ordenada, de modo que juntos compongan una estructura funcional. Su concepto es amplio y se puede utilizar en numerosas áreas como matemáticas, física, lingüística, artes, informática, botánica, química, mineralogía, economía, derecho, etc. A continuación se presentan aplicaciones de la palabra sistema para servir de referencia:
Fisiología. Conjunto de órganos unidos para desempeñar una actividad vital para el organismo. Ejemplos: Sistema nervioso central; S. respiratorio.
Astronomía. Conjunto de cuerpos celestes que orbitan alrededor de una estrella. Ejemplo: sistema solar.
Tecnología. Serie de dispositivos eléctricos/electrónicos a nivel de hardware (físicos), o de aplicaciones a nivel de software (digitales), dispuestos de forma estructurada para realizar una función. Ejemplos: Sistema informático, S. eléctrico, S. telefónico, S. operativo.
Política. La estructura de gobierno de una nación basada en su política económica y social. Ejemplo: Sistema capitalista, S. liberal, S. comunista.
Organización. Método de clasificación de un grupo de elementos por uno o más factores comunes. Ejemplos: Sistema decimal, S. taxonómico, S. artificial.
Metodología. Proceso definido por reglas o una metodología para la realización de una tarea. Ejemplos: Sistema Electoral. S. Legal. S. Política.
Etimología: Por el latín tardío systēma, respecto de la forma griega σύστημα (sýstēma), marcado por el prefijo συν- (syn-), en cuanto ‘unión’, acompañado por στα- (stā-), con referencia en ἱστάναι (histánai), en el sentido de ‘colocar’, ‘ordenar’, ‘posicionar’, y el sufijo -μα (-ma), a razón de resultado vinculante al verbo de procedencia.
Cat. gramatical: Sustantivo masc.
En sílabas: sis-te-ma.
Sistema
Un sistema es un conjunto de funciones que operan en armonía o con un mismo propósito, y que puede ser ideal o real. Por su propia naturaleza, un sistema posee reglas o normas que regulan su funcionamiento y, como tal, puede ser entendido, aprendido y enseñado. Por consiguiente, si hablamos de sistemas, podemos referirnos a cuestiones tan distintas como el funcionamiento de una nave espacial o la lógica de una lengua.
Cualquier sistema es más o menos complejo, pero debe poseer una coherencia discreta acerca de sus propiedades y operación. En general, los elementos o módulos de un sistema interactúan y se interrelacionan entre sí. En ocasiones, existen subsistemas dentro de un sistema. Este fenómeno es característico de los sistemas biológicos, en el cual variados niveles de subsistemas (células) dan lugar a un sistema de mayor envergadura (un organismo vivo). La misma consideración cabe para la ecología, en la cual distintos sistemas de menor magnitud (un charco, el subsuelo) confluyen en sistemas organizados a gran escala, como un ecosistema completo.
Así, en una clasificación de sistemas se distinguirían aquellos conceptuales o ideales, que pueden ser por ejemplo la matemática, la lógica formal o la notación musical y los reales, como un ser vivo, la Tierra, o una lengua. Estos últimos, los sistemas reales, pueden ser abiertos, cerrados o aislados. En los sistemas abiertos se verifica gran interacción con el entorno, como se describe para los seres vivientes. En cambio, los sistemas cerrados sólo tienen movimientos e interacciones en su interior, sin posibilidad de intercambio con factores exteriores.
Hay muchos tipos y ejemplos de sistemas como los políticos (un sistema democrático, monárquico, teocrático, entre otros), los tecnológicos (el sistema de funcionamiento de un automóvil o de una computadora), los financieros (sistemas de transacciones y mercado), los biológicos (como el sistema nervioso en un ser vivo), los legales (ordenamiento de leyes, decretos y otras herramientas jurídicas), los geométricos (en modelos convencionales y no convencionales), de salud (ordenamiento público, privado y de seguridad social) y otros numerosos ejemplos para cada uno de los órdenes de la vida cotidiana.
En el caso de que un sistema tenga la organización requerida para controlar su desarrollo sin que las perturbaciones del entorno superen cierto nivel, se llama “sistema autopoyético”. Los seres vivientes son considerados el paradigma de los sistemas de autopoyesis, dada su capacidad para producirse a sí mismos en el marco de su descendencia. Sin embargo, algunos investigadores proponen considerar a las sociedades como verdaderos seres vivos de un orden diferente, por lo cual podrían aplicarse estas mismas ideas y considerar a los grupos humanos como sistemas autopoyéticos. Se trata de un tema de áspero debate académico para el cual aún no se han logrado soluciones concluyentes. Por lo pronto, el ejemplo constituye una demostración cabal de la aplicabilidad de los sistemas en la descripción de diversos ámbitos, incluso a nivel general y con una teoría unificadora.
En efecto, la búsqueda de leyes generales para entender el comportamiento de los sistemas constituye la Teoría de sistemas. A su vez, la Teoría del Caos es la rama de la matemática y la física que estudia los comportamientos impredecibles de cierto tipo de sistema que puede ser inestable, estable o caótico. Un concepto típico de esta teoría es el de entropía, que estudia la tendencia natural de los sistemas a la pérdida del orden. Este principio ya ha sido aplicado por la física pura para la termodinámica y, vale decirlo, es hoy una de las herramientas más interesantes para compatibilizar el concepto de sistemas y aplicarlo a los más variados órdenes.
Trabajo publicado en: Dic., 2008.
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