Definición de Soez

Una persona es considerada soez cuando su comportamiento o actitud resulta de mal gusto por algún motivo. El adjetivo soez presenta una gran variedad de sinónimos, tales como grosero, ordinario, ofensivo, chabacano o descortés. De igual manera, hay palabras que pueden resultar soeces, especialmente los insultos y las expresiones vulgares.

Lo que es correcto en un lugar puede ser soez en otro

Las costumbres y las tradiciones de un pueblo forman parte de su vida cotidiana. Así, si en un territorio sus habitantes tienen la costumbre de escupir en el suelo, es muy probable que esta conducta sea valorada negativamente por un extranjero. Este sencillo ejemplo nos recuerda que decir que algo es soez depende de unos valores culturales compartidos.

La frontera entre lo soez y lo educado puede valorarse si observamos una conducta concreta desde los esquemas mentales propios de una comunidad (por ejemplo, para un andaluz algunos insultos pueden decirse en un sentido cariñoso y no tienen ninguna intención ofensiva, pero fuera de su contexto social esos mismos insultos pueden ser ofensivas y soeces).

La evolución de los valores morales y el ejemplo del machismo

El conocimiento humano está sujeto a cambios permanentes. Lo mismo sucede con los valores morales. La evolución de los valores puede analizarse partiendo de un ejemplo concreto: el machismo. Durante siglos el hombre ha tenido una posición de poder sobre la mujer. Esta desproporción se debía a una idea equivocada: el hombre es superior a la mujer y por lo tanto es legítimo que mande sobre ella.

La creencia de la superioridad masculina ha ido desapareciendo paulatinamente (pero no en su totalidad). Una de las consecuencias de este proceso de transformación se pone de relieve en el uso de los piropos a las mujeres.

Hace unos años, piropear a una mujer por la calle era tolerado socialmente, mientras que en la actualidad los piropos son considerados soeces, es decir, palabras de mal gusto y propias de una mentalidad machista.

La moda y lo soez

En el contexto de la moda es posible analizar la dificultad a la hora de distinguir la tenue frontera entre lo soez y lo educado. Unos años atrás ciertas maneras de vestir y complementos eran sinónimo de personas soeces, tales como el pelo largo, los tatuajes o los piercings.

Con el paso del tiempo, esa misma estética ha dejado de considerarse vulgar y ordinaria y en líneas generales es aceptada por la mayoría.

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