Definición de Temperamental
El concepto de temperamental es aplicado en nuestra lengua con dos sentidos.
Propio o vinculado al temperamento: manera de ser singular de alguien
Por un lado se utiliza para designar a todo aquello propio o asociado al temperamento.
El temperamento es la manera de ser única y particular de cada persona. No hay nadie en nuestro planeta que tenga una forma de ser exactamente igual a otra. Por caso, al temperamento se lo considerará una característica estrictamente singular. La historia y la identidad son las que básicamente delinean ese temperamento y que hará que ante determinadas circunstancias actuemos de tal o cual modo.
Persona con constantes cambios en el humor
Por otro lado el concepto se usa para referirse a aquella persona que presenta recurrentes cambios de humor, y que dispone de un temperamento fuerte.
Se aplica el término temperamental especialmente a personas que actúan de acuerdo a su temperamento natural, es decir, sin filtro o sin medir las consecuencias.
El ser humano es un individuo social que vive siempre dentro de una comunidad de pares y como tal, respeta en mayor o menor medida reglas y pautas que tienen que ver con la convivencia. Esas pautas muchas veces suponen el aplacar el temperamento o la personalidad verdadera que cada persona tiene en pos de evitar conflictos, litigios y peleas con los demás.
Un individuo temperamental es una persona que se deja llevar por su temperamento, que no pone filtros a sus acciones y que, como se guía por una profunda emocionalidad (que puede ser tanto positiva como negativa), por lo general no otorga demasiado espacio a conductas racionales o racionalizadas de manera consciente. Una persona temperamental es entonces alguien que actúa de acuerdo a sus impulsos sin medir las consecuencias, que puede mostrar mucha ira o mucha alegría sin encontrar un punto medio.
Asociado a comportamientos negativos y a problemas de convivencia
En el lenguaje común, el concepto de temperamental (que es un adjetivo de tipo calificativo) se relaciona más que nada con conductas un tanto negativas, es decir, abruptamente violentas, agresivas o conflictivas. Si bien todos los sentimientos en exceso pueden ser característicos de una persona temperamental, aquella que se enoja en demasía, que demuestra agresividad o violencia es usualmente caracterizada como tal.
Las personas temperamentales suelen tener problemas para convivir pacíficamente con otros y esto tiene que ver directamente con el hecho de no actuar racionalmente y dejarse llevar por las emociones. Alguien temperamental puede ser excesivamente sincero, agresivo y violento y eso hace que en su convivencia con otros individuos, las relaciones a establecer sean poco duraderas o muy conflictivas. Además, un individuo temperamental suele mostrar poca paciencia y tolerancia a los intereses o gustos de los demás si esos intereses no son compartidos.
La educación y el afecto recibido influyen directamente en el temperamento que se desarrolle
El temperamento es una cuestión que ha sido abordada en profundidad por la psicología, la disciplina que se ocupa especialmente de los cambios y avatares de la psiquis humana.
En tanto, para esta el temperamento es el resultado de las experiencias vividas, de la educación, del tratamiento que la persona ha tenido en diversos ámbitos, su reconocimiento, su valoración, si ha estado inmersa en contextos violentos, si dispone de una autoestima alta o baja, entre las principales cuestiones que considera.
Ahora bien, todas estas cuestiones mencionadas en su conjunto son las que convienen a la hora de delinear el temperamento de una persona.
Entonces, si una persona ha sido objeto de opresiones, violencia, injusticias, podrá desarrollar un temperamento sumiso, o en su defecto lo opuesto: violento y agresivo.
El temperamento está en estrecha relación con la educación y la contención recibida por la persona durante sus primeros años de vida. Si recibió afecto y cariño, seguramente, la persona tenderá a desarrollar un buen temperamento, mientras que si padeció lo opuesto, dispondrá de un temperamento difícil.
Si bien cuando la personalidad ya está formada es dificultoso que la persona pueda modificar su manera de ser, sí es posible que la misma realice algún tipo de terapia con un profesional de la psicología para poder identificar esa problemática y tratarla.
No siempre implica un cambio rotundo pero sí es probable que pueda aprender a manejar un mal temperamento en muchas situaciones y de este modo mejorar la percepción social que tienen de ella.
Trabajo publicado en: Dic., 2010.
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