Definición de Auctoritas
La auctoritas hace referencia a la personalidad de un individuo y a su formación. Cuando alguien tiene una forma de ser carismática y lo que dice y hace transmite unos valores, los demás le otorgan una cierta autoridad moral.
Sus credenciales éticas, su talante y sus conocimientos hacen que las personas que le rodean acaten sus ideas de una forma espontánea.
El binomio auctoritas-potestas
En la Antigua Roma los mandatarios y representantes públicos debían tener el reconocimiento de los ciudadanos. En principio, los patricios, los senadores y los magistrados eran quienes poseían esta capacidad, ya que sus valoraciones las realizaban desde una posición de poder.
Ambos conceptos son claves para entender la idea de poder en la civilización romana y, en el fondo, en cualquier comunidad de ciudadanos. La auctoritas está asociada al conocimiento y a la dimensión ética del individuo, mientras que la potestas expresa la idea de fuerza. En otros términos, acatamos las órdenes de alguien cuando posee la fuerza coactiva del poder, pero si obedecemos a un individuo que no tiene ningún poder nuestra conducta tiene un origen distinto: la autoridad intelectual y moral de quien da una orden o propone algo.
Cuando cumplimos con una ley, lo que nos obliga a ello es la potestas, es decir, el poder coactivo de las leyes. En cambio, cuando decidimos seguir las enseñanzas de un maestro desaparece toda imposición y nuestra acción se basa en el respeto hacia su saber.
Para los antiguos romanos el análisis de la acción humana no tiene una dimensión filosófica, sino que se manifiesta en la realidad vital tal y como es. En este marco general, la vida en sociedad debía basarse en el respeto a las tradiciones y en el cumplimiento de las leyes. De esta manera, una comunidad de individuos debe conducirse por algún tipo de guía o referente moral.
La figura del filósofo, del educador o del jurista representa al hombre que tiene auctoritas, mientras que el militar o el gobernador son la personificación de la potestas. Como es lógico, no son conceptos antagónicos, ya que hay individuos que en su persona aglutinan la auctoritas (el saber) y la potestas (el poder socialmente aceptado).
En la cultura occidental la institución que simboliza la auctoritas es la iglesia
Durante siglos la máxima autoridad en una comunidad la tenían los miembros del clero, ya que ellos «conocían» la auténtica verdad revelada por Dios. En consecuencia, sus palabras tenían un efecto dominador sobre la multitud.
El pueblo, mayoritariamente iletrado, otorgaba a los representantes de la iglesia una evidente fuerza moral y un saber de orden superior, es decir, una auctoritas.
Foto Fotolia: Andrea Izzotti
Trabajo publicado en: Ene., 2019.
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