Definición de Bien Común

Cada individuo intenta satisfacer sus necesidades y las de sus seres queridos. Sin embargo, al vivir en sociedad es inevitable plantearse la cuestión del bienestar de la colectividad o el bien común.

Un principio ético

El principio del bien común tiene una dimensión ética. Así, en lugar de pensar en el ser humano individual y concreto, se trata de pensar en el interés de la sociedad en su conjunto. En otras palabras, algo puede ser beneficioso y válido para mi, pero perjudicial para una comunidad. En consecuencia, el fin ético de esta idea es establecer aquello que es bueno para la mayoría y no para unos pocos.

El bienestar general de la ciudadanía

El concepto de bien común y el de interés general son equivalentes y ambos se utilizan como sinónimos. Para que esta idea tenga sentido, un estado debe articular un marco jurídico y unos principios que permitan la dignidad de cada una de las personas que forman parte de la sociedad.

Ejemplos de la vida cotidiana en los que se impone una idea del bien común

– La limpieza y mantenimiento de los espacios públicos.

– Las campañas de prevención para promover la salud (por ejemplo, vacunas para personas mayores o campañas contra el consumo de alcohol, tabaco o cualquier sustancia adictiva).

– La siembra de árboles para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

– Cambios en el diseño urbanístico para promover la accesibilidad universal.

– Proyectos educativos donde se fomente la cooperación y la ayuda mutua.

Desde una perspectiva económica

El sistema capitalista se basa en dos principios generales: la libre competencia y el afán de lucro. Frente a este modelo, algunos economistas proponen una visión alternativa basada en la sostenibilidad, en los proyectos colectivos y en una distribución más justa de la riqueza. Este modelo alternativo se inspira en el principio del bien común.

Para concretar esta idea alternativa en la realidad económica es necesario replantear algunas cuestiones. En este sentido, se hace necesario abandonar los criterios puramente monetarios y hacer hincapié en todo aquello que beneficia al conjunto de la sociedad.

En otras palabras, conceptos como el PIB no dicen nada sobre otras cuestiones relevantes relacionadas con el bienestar colectivo, como la paz, la calidad del empleo, la igualdad de oportunidades, la participación ciudadana, el reparto de la riqueza o el respeto al medio ambiente.

En este paradigma económico concebido para el bienestar de la mayoría las empresas que trabajasen para el beneficio de todos obtendrían una serie de ventajas (por ejemplo, menos impuestos o créditos con un interés reducido) y las empresas que ignorasen el interés general se verían penalizadas.

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