Definición de Calidad de Vida
Profesora en Filosofía
1. Conjunto de parámetros -económicos, educativos, sanitarios, de integración social, etc.- que le permiten al individuo explorar de forma satisfactoria sus metas y expectativas, es decir, vivir bien según criterios personales de evaluación.
2. Índice/indicador mundial basado en la medición que reúne variables sociales y económicas de distintos países o ciudades, tales como salario mínimo, nivel de contaminación o expectativa de vida, para posicionar a cada uno en un ranking general. Es trabajado por numerosos organismos, como por ejemplo el OECD, desde su primera publicación en mayo de 2011.
Etimología: Calidad, por las formas del latín qualĭtas, qualĭtātis, como calco (manteniendo la significación) del griego ποιότης (poiótēs).+ Vida, por el latín vita, con raíz en el indoeuropeo *gwei-, ‘vivir’.
Cat. gramatical: Sustantivo fem.
En sílabas: ca-li-dad + de + vi-da.
Calidad de Vida
El concepto de calidad de vida hace referencia a un conjunto de variables cuantificables por medio de las cuales se propone determinar, de acuerdo con un índice previamente establecido, el nivel de bienestar de los seres humanos en una población dada. Se trata de una noción interdisciplinar, que abarca diversas áreas —no sólo en cuanto a su estudio, sino también en cuanto a su aplicación—, las cuales van desde las Ciencias Sociales —como la Sociología, las Ciencias Políticas o el Trabajo Social—, hasta el ámbito de las Ciencias Médicas y la salud integral de las personas, en tanto esfera de intervención de gran relevancia.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha caracterizado la calidad de vida como la percepción que tiene cada individuo acerca de su posición en la vida, al interior de un contexto cultural y un sistema de normas y valores específicos, y con relación a sus propios valores, metas y expectativas. De acuerdo con la OMS, la calidad de vida está determinada por seis variables fundamentales que afectan a cada sujeto: el estado físico, psicológico, los niveles de independencia, las relaciones sociales, las creencias personales y la relación con el entorno.
La idea de calidad de vida está relacionada con la de una salud integral, es decir, no restringida a la mera ausencia de enfermedad, sino asociada a la garantía del acceso a los Derechos Humanos universales, a saber, el acceso la alimentación, a un ambiente sano, a la vivienda, al empleo, a la educación, entre otras dimensiones. A su vez, la determinación de la calidad de vida no depende solamente de variables estandarizadas, sino que en ella la autodeterminación personal ocupa un rol central.
Orígenes del concepto de calidad de vida
La noción de la calidad de vida tuvo su origen en los Estados Unidos, en el contexto de posguerra tras la Segunda Guerra Mundial (1939 – 1945). Hacia la década del sesenta, su uso se extiende entre los científicos sociales y psicólogos, quienes encuentran resultados relevantes en sus investigaciones a partir del uso de ese concepto para el análisis del bienestar de la sociedad. Esto ocurre en el marco de la consolidación del modelo socioeconómico desarrollista, de cuño keynesiano, bajo el denominado “Estado de Bienestar”.
A principios de la década siguiente, el concepto se instala en otros países occidentales, como consecuencia de la búsqueda de una explicación de la conflictividad social en países desarrollados, en los que, a pesar de registrarse niveles elevados de producción y consumo, ello no garantizaba la satisfacción social. En el caso de las principales potencias mundiales, la idea de un bienestar basado en la capacidad de consumo de la población se había reflejado, en la práctica, en una profundización del individualismo y del consumismo; mientras que, en el resto del planeta, la mayor parte de la población carecía (situación que permanece vigente aún en la actualidad) de los medios para satisfacer sus necesidades básicas.
Desde la perspectiva de la socialdemocracia alemana, la calidad de vida estaba asociada a la posibilidad de la libertad humana, pero ésta solamente podía ser garantizada gracias a la solidaridad entre los hombres. En este sentido, daba cuenta de un enriquecimiento no material de la existencia.
Polémicas en torno a la noción
Con el transcurso del tiempo, la idea de calidad de vida se consolidó como un concepto ideológicamente subsidiario de las economías capitalistas, por medio del cual se presentaba a las sociedades desarrolladas del llamado “Primer Mundo” —tomando como ejemplo paradigmático a la norteamericana— como un ideal a alcanzar. Como contrapartida, el concepto fue también utilizado como instrumento de crítica hacia los modelos económicos de los países socialistas de la época, en tanto aquellos serían incapaces de garantizar los niveles de calidad de vida que aseguraría la profundización de las economías de mercado.
Sin embargo, a pesar de los diferentes enfoques, había quedado demostrado que la acumulación de riquezas por sí misma, expresión del progreso social en los términos del capitalismo, tampoco aseguraba el bienestar humano, lo cual se comprobaba a partir de las desigualdades en aumento que impedían a amplios sectores de la población acceder a la satisfacción de sus necesidades.
Calidad de vida desde la perspectiva sociológica
El concepto está vinculado fuertemente al campo de la sociología, pero también forma parte del debate político o de las conversaciones cotidianas, asociándose al nivel de ingresos y comodidades de una persona, una familia o un colectivo. Los sociólogos se ocupan de estudiar la sociedad en alguna de sus dimensiones. Y la calidad de vida de una sociedad se puede medir y evaluar partiendo de una serie de datos estadísticos objetivos que permitan extraer conclusiones. Si un sociólogo quiere saber el estado de un colectivo determinado deberá realizar una serie de encuestas para recoger información sobre aspectos objetivos y medibles (nivel de ingresos, acceso al agua potable, tipo de vehículo, electrodomésticos en el hogar, nivel de estudios, metros cuadrados de la vivienda, tiempo destinado al ocio, etc). Los resultados obtenidos aportan una información muy útil y sirven para concretar el nivel de vida y establecer comparaciones diversas (por ejemplo, entre dos naciones distintas).
El sociólogo tiene una idea aproximada de la calidad de vida, ya que se basa en datos estadísticos ciertos. No obstante, el sociólogo no puede valorar los aspectos subjetivos relacionados con la calidad de vida (la satisfacción personal o la valoración de la propia existencia). Podría darse el caso de que una familia tuviera unos índices objetivos muy elevados y, al mismo tiempo, ser una familia infeliz. Esta dimensión ambivalente se produce con cierta frecuencia, ya que hay pueblos que se sienten muy felices a pesar de que sus condiciones de vida sean técnicamente muy deficientes.
En el intento de establecer criterios científicos y rigurosos los sociólogos utilizan distintas medidas (unos estudios se centran en la salud, otros en el bienestar psicológico y otros en las condiciones sociales).
Una propuesta de calidad de vida
Al margen del análisis sociológico y de la objetividad/subjetividad, es posible establecer una serie de circunstancias que muy probablemente se podrían considerar como condiciones válidas para decir que una persona o una familia gozan de una buena calidad de vida.
– Acceso a un sistema sanitario que permita afrontar un problema de salud.
– Acceso a una educación generalizada para el conjunto de la población.
– Un mínimo nivel de seguridad para que los individuos no tengan la percepción de sentirse amenazados en su vida cotidiana.
– Disponer de un nivel de renta mínimo que garantice el acceso a los bienes básicos (alimento, vestimenta y energía para el hogar).
– Unas circunstancias sociopolíticas que permitan ejercer unas libertades básicas (por ejemplo, la libertad de expresión o la libertad religiosa) y una corrupción política y económica que sea excepcional y no la pauta habitual.
Las condiciones más arriba indicadas son una referencia, es decir, una propuesta general orientativa y sin un valor sociológico.
Según la mentalidad occidental es necesario medir cualquier realidad de una manera objetiva y posteriormente extraer una serie de conclusiones. La medición de parámetros es útil en muchos ámbitos (especialmente en la economía). No obstante, medir la calidad de vida es una idea discutible y no exenta de polémica. Las herramientas sociológicas son válidas hasta cierto punto, pues no debemos olvidar que la cultura occidental vive una situación contradictoria: unos niveles generales aceptables si los comparamos con algunas zonas del planeta y, paralelamente, unos problemas sociales que cuestionan la supuesta calidad de vida (número creciente de personas con depresión, con ansiedad o que viven en situación de marginación y aislamiento social). Por último, la calidad de vida como valor numérico que se expresa en un ranking puede ser una información engañosa y, como ejemplo, citar a Bután, un país muy pobre pero que introdujo un nuevo parámetro de medición: la felicidad interior bruta.
Art. actualizado: Nov. 2022; sobre el original de octubre, 2010.
Referencias
Pecci, C. (2004). Calidad de vida y servicios de salud: Para la dignidad. En: Encrucijadas, no. 27. Universidad de Buenos Aires.Palomo, B., & Pardo, G. L. (1999). Reflexiones sobre la calidad de vida y el desarrollo. Región y sociedad, 11(17).
Fotos: iStock - vitranc / lechatnoir
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