Definición de Detrimento
Detrimento proviene del latín detrimentum y significa daño. Se trata de una palabra poco utilizada en nuestro idioma, por lo que se puede considerar un cultismo.
Se utiliza habitualmente formando parte de una expresión: obrar en detrimento de algo. Así, se dice que algo actúa en detrimento cuando causa un perjuicio o un mal determinado. En este sentido, si una acción va acompañada de una inconveniente o un agravio, el detrimento es precisamente el mal que se produce.
Afectando física y mentalmente
El concepto de daño está implícito en la idea de detrimento, pudiéndose tratar de algo físico o moral. En este sentido, el mal generado puede ser consciente o inconsciente. Veamos las dos posibilidades con dos ejemplos. Una persona decide no colocarse el cinturón de seguridad y acaba siendo multada por ello. Por el contrario, si alguien se olvida de regar las plantas, no lo hace deliberadamente pero causa un deterioro de las mismas. En ambos casos hay un claro detrimento, puesto que las dos acciones provocan consecuencias negativas. La voluntariedad de la acción no afecta a sus resultados perjudiciales.
Hábitos que van en detrimento de la salud
Todo el mundo sabe que ciertas conductas son perjudiciales para el organismo. La lista es bastante larga: consumo de tabaco, alcohol, alimentos con sal, con excesiva grasa, el sedentarismo, consumo de medicamentos sin control médico… Cada uno de estos comportamientos tiene, aparentemente, una satisfacción o algún tipo de placer inmediato. Sin embargo, son dañinos y van en detrimento del bienestar físico. Ante esta evidencia, resulta obligada una pregunta: ¿por qué actuamos en contra de nosotros mismos ? No existe una respuesta definitiva, pero sí algunas explicaciones posibles:
– Tendemos al autoengaño. Creemos que las cosas malas ocurren a los demás y que podemos librarnos de ciertos riesgos.
– La mente tiene una inclinación hacia la destrucción. Algunas doctrinas psicológicas (por ejemplo, el psicoanálisis) recuerdan que el hombre tiene un instinto de vida (el eros) y un instinto de muerte (el tánatos) que le lleva a realizar cosas malas. Esta inclinación es meramente inconsciente y no es algo racional que podamos controlar con facilidad.
– Vivimos el presente. Como otra forma de autoengaño, caemos en la trampa de ignorar que los efectos a largo plazo no se van a manifestar porque los vemos demasiado lejos y no queremos renunciar al beneficio inmediato aunque vaya en detrimento de la salud. Esta idea se resume con una expresión latina: carpe diem, que quiere decir, aprovecha el momento, vive el presente. El carpe diem parece un buen consejo, pero en el caso de la salud es bastante cuestionable.
Trabajo publicado en: Abr., 2015.
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