Significado de educación cívica Definición, importancia, objetivos, familia y estado
Licenciada en Derecho
Definición formal
La educación cívica es el proceso de enseñanza que orienta y explica al respecto del sistema social en el que cada persona interactúa de una u otra manera, permitiendo contribuir para enriquecer la comunidad y la propia experiencia, entendiendo el marco legal y las normas de convivencia planteando responsabilidades y derechos, así como los modelos de gobierno y el orden institucional.
¿Quién debe educar cívicamente: la familia, el Estado o la misma persona?
La realidad es que cada institución y cada contexto deben aportar algo. Una persona es un ciudadano en todos los lugares: en la escuela, el trabajo, el hogar, en el espacio público, etc., y uno de los errores es que parece que la Educación Ciudadana está atomizada en escenarios distintos.
La familia es importante porque es el primer ejemplo que siguen los niños. Igualmente, los representantes del Estado deben respetar las leyes. Es un grave error la policía que se aprovecha de su cargo, la corrupción de los gobernantes, etc. Todo esto crea un mal ejemplo, y hasta produce que los niños, al crecer, tiendan a faltar el respeto a las normas para obtener beneficios porque ya han visto y han normalizado ese patrón de conductas.
La formación cívica debe estar y hacerse en todas partes. Es el trasfondo de cómo se mueve la sociedad. La enseñanza debe ser ejemplar y práctica, más que teórica.
Objetivos del civismo
Todas las personas son iguales, esa es una de las consignas logradas por la Revolución Francesa: los derechos del hombre y del ciudadano. Sin embargo, para que la sociedad funcione se debe enseñar a las personas a comportarse según las pautas de una sociedad donde todos son iguales.
Dejar atrás las creencias de las jerarquías por clases sociales, raza o religión, y más bien comprender los estatutos republicanos. Para ello, todos los niños y jóvenes que acuden a la escuela reciben una educación cívica. Las metas de este proceso formativo son:
• Que todas las personas sepan de asuntos de ciudadanía y derechos humanos
• Entender el sentido de responsabilidad en un Estado
• Comprender las relaciones entre el individuo y la comunidad
• Entender las relaciones entre los ciudadanos y el gobierno
• Conocer las leyes
• Valorar la diversidad social y cultural
• Entender que las leyes deben respetarse, ya que hacerlo es beneficioso para todos
Muchas veces se cree que la Educación Ciudadana es solo cultura general, pero eso no es cierto; lo que es verdaderamente cierto y necesario es fomentarla. La juventud debe valorar el orden social, ya que sin este orden los integrantes de la sociedad caen en el excesivo individualismo. Es importante tener en mente que la Educación Cívica imparte valores colectivos: somos y debemos ser buenos ciudadanos.
Importancia del conocimiento de los valores, normas y deberes ciudadanos
Tales saberes conforman el eje para crear habitantes ejemplares, tanto en la sociedad actual y como en las sociedades anteriores. Una sociedad que no se conoce a sí mismo, donde sus integrantes desconocen sus reglas, cae en la anomia y en la acefalía.
Cabe resaltar que los valores, normativas y deberes unifican a los ciudadanos; se convierten en un grupo amalgamado al compartir estos criterios, además, saben que el respeto a tales criterios los hace salvaguardarse, progresar y tener un sentido de pertenencia.
Por ejemplo: si las personas no conocen sus derechos, no pueden exigirlos. También, si no conocen sus deberes no los cumplirán. Si desconocen los valores de una sociedad, entonces no los llevarán a cabo y dicha sociedad tenderá a disgregarse, perdiendo así la comunión entre sus miembros.
Es importante tener en cuenta que los valores, normas y deberes se inculcan con la Educación Cívica, es decir, no nacen inherentes a las personas como los instintos, por ende, se puede decir que la Educación Ciudadana también es una herencia que va quedando en las distintas generaciones. Ello le da un valor cultural adicional.
¿En qué falla la educación cívica cuando el ciudadano no se comporta como se pretende?
Es sabido que los ciudadanos quebrantan las leyes, que no cumplen con responsabilidades como el voto, pago de impuestos, arrojan basura a las calles, irrespetan propiedades privadas, etc. Pero, ¿por qué sucede lo anterior? Muchas conjeturas hay al respecto, de las cuales mostramos algunas a continuación:
1. No se valora que la ciudadanía es una construcción histórica. La gente no sabe la historia de cómo se formó la ciudadanía que poseen, y por ende, no la comprenden
2. Se delega este tipo de educación solo a la escuela, cuando es algo integral: se enseña en varios ámbitos.
3. Cuando los valores enseñados en la escuela no son acordes a los ensañados en el hogar.
4. No entender que la ciudadanía es una manera perfecta de poner en practica la socialidad.
5. Creer que la ciudadanía es solo un conjunto de normas, desconociendo que es una conveniente forma de establecer el orden social.
6. Dos errores: que el Estado ejerza demasiada influencia (olvidando lo individual), o que no tenga presencia (dejando a las personas solo en sus intereses individuales).
7. Considerar esta educación como algo teórico que los niños memorizan. En realidad, es algo práctico, un hábito gestado desde sus primeros años.
Se debe insistir en que la Educación Cívica es integral, no es una asignatura de escuela donde se hacen tareas. Se suele enseñar más con el ejemplo que con la teoría. La familia y el entorno del niño son importantes para que aprenda a comportarse de manera cónsona a una sociedad de buenos ciudadanos.
La tendencia en Europa y las diferencias con América Latina
Se suele decir que en Europa hay más civismo. Los ciudadanos del viejo mundo respetan más las normativas y valores de sus sociedades. ¿Por qué? Al respecto, hay varias razones que podemos indicar:
• Son Estados con mayor claridad de su identidad y valores. Es decir, es más evidente lo que se debe enseñar en la Educación Ciudadana. La sociedad acata las normas, se da el ejemplo. Los niños crecen viendo cómo se ejerce ciudadanía, la mayoría de los adultos a su alrededor son ciudadanos ejemplares.
La ciudadanía para los europeos es una virtud, no una carga o un fastidioso cúmulo de normas que se deben cumplir. El europeo está orgulloso de la ciudadanía. Cumplir los deberes y disfrutar los derechos es algo que realiza con predilección. Los latinos, en cambio, sienten que las obligaciones ciudadanas sí son una carga. Además, para ellos los derechos no están garantizados.
• Las ideas republicanas y cívicas son propias de Europa. Para los latinos, son concepciones que llegan desde otro continente y no han sido asimiladas del todo.
• En América Latina existe un hábito de gobiernos dictatoriales y nada democráticos. Los ciudadanos no están acostumbrados a la convivencia ciudadana.
Como se puede notar, es un tópico que depende de varios factores. No es un simple programa o currículum académico. Aun así, se mantiene vigente la necesidad de fomentarla en cualquier parte del mundo.
Trabajo publicado en: Jul., 2020.
Ilustraciones: John Takai, Drawlab19