Definición de Groenlandia
El territorio de Groenlandia es una inmensa isla que se localiza en el hemisferio norte en el Océano Atlántico. Su extensión supera los 2.100.000 kilómetros cuadrados y la población no llega a los 60.000 habitantes, de los cuales una tercera parte vive en Nuuk, la capital. Una gran parte de su territorio está cubierto de nieve durante todo el año.
Administrativamente forma parte de Dinamarca y se trata de un estado libre asociado al gobierno danés. Esto implica que sus habitantes tienen su propia legislación, pero están políticamente vinculados a otro estado.
Otros datos de interés
Existen importantes reservas de petróleo y gas. Por otra parte, también hay minerales y diamantes. En este sentido, es un territorio por explotar y con grandes posibilidades. Sin embargo, Greenpace ha denunciado las acciones de extracción de petróleo, pues estas podrían agravar el cambio climático en todo el planeta.
Desde un punto de vista histórico, su descubridor fue el explorador noruego Erik el Rojo, quien en el siglo X fundó el primer asentamiento en la isla.
El gobierno danés proporciona las infraestructuras y los servicios básicos. Hay que indicar que todas las edificaciones cuentan con la calefacción y están adaptadas a las bajas temperaturas.
Todos los alimentos y bienes de consumo se traen del exterior, ya que en el país solo hay manufacturas de pescado.
En Groenlandia la tierra pertenece a toda la comunidad porque no está reconocido el derecho de propiedad sobre la tierra. No existen carreteras y el único medio de desplazamiento es el avión, el barco o el trineo.
Los inuits son los pobladores originarios de Groenlandia
Conocidos popularmente como esquimales, los inuits constituyen una etnia muy singular. Tienen fuertes lazos comunitarios y familiares. Son personas normalmente tímidas y de temperamento tranquilo. Este pueblo indígena ha sabido adaptarse a las duras condiciones climáticas de su entorno.
En sus orígenes eran nómadas, los hombres se dedicaban a la caza y las mujeres curtían pieles. Entre ellos era habitual el intercambio de esposas y el sacrificio de los miembros más débiles de la comunidad. Antiguamente la gordura de la mujer era considerada como un atributo muy positivo, pues se entendía que era una señal de buena salud y fecundidad.
Según algunas crónicas, a principios del siglo XlX los inuits pensaban que eran los únicos habitantes del planeta. Con el paso del tiempo adquirieron las costumbres occidentales y se convirtieron en sedentarios.
A pesar de su adaptación a los esquemas occidentales, conservan algunas de sus tradiciones: el beso frotándose la nariz, la construcción de iglúes en los territorios aislados o la caza de osos polares y focas.
Foto: Fotolia – Adwo
Trabajo publicado en: Jun., 2018.
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