Definición de Guerra Santa

La denominación de las guerras no presenta un patrón determinado. Las hay que reciben el nombre de uno de los países implicados (Guerra de Vietnam), otras que son conocidas por los contendientes (Guerra ruso-japonesa), por su alcance global (la primera o segunda guerra mundial) o por el periodo de tiempo (Guerra de los 30 años). En el caso de esta entrada abordaremos el concepto de Guerra santa, así llamada porque el hecho que inspira la acción bélica es la religión.

La idea fundamental de cualquier guerra santa

Si bien la mayoría de guerras están motivadas por factores territoriales, económicos o políticos, las guerras santas incorporan el sentido religioso como la causa primordial. Hay que hacer hincapié en el hecho de que las religiones se fundamentan en un ideal de paz y convivencia entre los hombres, pero los mismos hombres son los que interpretan las religiones y pueden llegar a considerar que es legítimo guerrear en nombre de un dios o de unas creencias.

A lo largo de la historia han sido las religiones monoteístas (cristianismo, judaísmo y el Islam) las que han protagonizado la mayoría de guerras santas. Hay una explicación de este fenómeno: que al considerar las tres religiones que hay un único Dios verdadero, puede justificarse la propagación de su doctrina por todo el mundo a través de la fuerza de las armas. Así, las tres religiones han empleado el argumento de la «guerra justa» como ataque a otros pueblos y en ocasiones como defensa de la propia religión.

La guerra santa parte de otro principio general: el no creyente es un infiel, un pecador y una persona alejada de la auténtica fe. Como consecuencia de esta concepción, la guerra es una forma de defender el bien y combatir el mal.

Las motivaciones religiosas tuvieron su apogeo en la época de las Cruzadas durante gran parte de la Edad Media. En estos enfrentamientos la cristiandad combatió al Islam para defender los llamados lugares santos que habían sido dominados por los musulmanes. Los dos ejércitos combatían cada uno por su fe y sus creencias y un claro ejemplo de este espíritu queda de manifiesto en el lema de los cruzados cristianos cuando se declaró la primera Cruzada (Deus Vult, dios lo quiere).

La yihad en nuestra época

Las guerras de religión no forman parte del pasado, ya que en la actualidad la Yihad está inspirada en el concepto de guerra santa. Según el Islam, la yihad tiene dos sentidos: luchar contra los infieles y defender los principios de la ley islámica o sharia. En cualquier caso, los partidarios de la yihad consideran que se trata de un mandato de su propia religión. Como es sabido, esta interpretación no es compartida por el conjunto de fieles de la religión islámica, solo por algunas versiones radicales.

El fundamentalismo islámico que defiende el yihadismo como forma de lucha conecta con el movimiento sunnita, concretamente con el salafismo. El salafismo es un movimiento heterogéneo pero en su mayoría sus seguidores interpretan el Islam desde unos criterios radicales y basados en la literalidad de los textos sagrados.

Fotos: iStock – michalz86 / H20addict