Definición de Muro del Atlántico
Periodista esp. e investigador
Pese a que existe la creencia y la fama de que el ejército alemán fue el que aplicó las tácticas y estrategias más novedosas durante la Segunda Guerra Mundial, lo cierto es que también estuvo anclado -muchas veces, por deseo expreso de Hitler- a tácticas de pre-guerra que ya habían caducado en el momento de iniciar las hostilidades en septiembre de 1939.
Entre estas estrategias o tácticas desfasadas se encontraba el uso de fortificaciones estáticas, como bien demostró la línea Maginot en 1940, o lo demostraría ya hacia el fin de la guerra su homóloga alemana, la línea Siegfried. Entre estas, el famoso Muro del Atlántico, que debía proteger al Reich de una invasión aliada por el oeste.
El llamado “Muro del Atlántico” consistió en una serie de fortificaciones y dispositivos destinados a impedir o, eventualmente, dificultar, la invasión de Europa por el oeste por parte de los aliados occidentales, extendiéndose desde el sur de Francia hasta el norte de Noruega.
Hitler, así como el alto mando alemán (OKW, Oberkommando der Wehrmacht), intuían que el principal peligro se situaba en la zona del Canal de la Mancha delante de las Islas Británicas, por su proximidad con las bases aliadas más cercanas al territorio controlado por las tropas del Eje, reduciendo así el tiempo de viaje por un mar habitualmente muy agitado.
La orografía de la zona la hacía más adecuada para un desembarco que las costas danesas, así como desembarcar directamente en territorio alemán, ya que se preveía una fuerte resistencia por parte de las tropas y la ciudadanía local.
La prueba de la idoneidad de la zona es que, precisamente, fue la elegida para la operación de desembarco que abriría el tan ansiado segundo frente europeo (pese a que los aliados había puesto pie en Italia en 1943), el famoso Día D.
Para asegurar esa zona de gran peligro, Hitler designó a su entonces mejor general, Erwin Rommel, para encargarse de organizar las defensas de la zona.
Lo que vio Rommel, y que era la tónica general en todo el Muro salvo algunas excepciones (principalmente las fortalezas), eran zonas muy pobremente defendidas, obras con pocos recursos y menos voluntad de realizarlas, que se alargaban en el tiempo con una previsión de invasión para meses (los alemanes ya sabían de los movimientos de tropas en Inglaterra).
Rommel aceleró el ritmo de construcción de las obras (búnkeres, alambradas y obstáculos en las playas y cerca), preparando también las tropas para el combate.
El general creía que había que impedir a toda costa la llegada de las fuerzas invasoras a la playa, pues ello establecería una cabeza de puente gracias a su superioridad, y haría inútiles los contraataques.
En contraposición, Hitler y el alto mando se demostraban partidarios de dejar que desembarcasen para destruir la cabeza de puente en el interior, entre la costa y París. por ello situaron las unidades blindadas a media distancia, esperando que la fuerza del Muro fuese suficiente para diezmar las fuerzas que, posteriormente, debían rematar los panzer.
Este último planteamiento se demostró, con la evolución de los hechos, equivocado.
No solamente la costa francesa próxima a París fue el escenario de esta febril actividad; Bélgica, Holanda, Dinamarca y Noruega, así como el resto de la costa francesa y la parte de costa alemana que toca al Atlántico, fueron también escenario de la construcción de este Muro.
Durante el Día D, el Muro del Atlántico demostró la debilidad de este modelo de fortificación estática para protegerse de una agresión.
Esto es especialmente cierto cuando hablamos de un enemigo con una potencia de fuego muy superior, que puede batir las defensas hasta sus cimientos.
Del Muro del Atlántico quedan restos, principalmente búnkeres y partes de fortificaciones, que con el tiempo han sido monumentalizados y/o preparados para las visitas turísticas.
En la costa normanda se preservan gran cantidad de búnkeres. En otros sitios, la escasa construcción, o la propia dinámica de la guerra, llevó a que las autoridades retirasen sus restos, o bien los dejaran en manos de la naturaleza.
A día de hoy, el Muro del Atlántico es solamente un recuerdo a un esfuerzo inútil e inhumano, pues buena parte de la obra se llevó a cabo mediante el trabajo esclavo por parte de prisioneros.
Fotos: Fotolia – JPchret / Tim HvW
Trabajo publicado en: Jul., 2017.
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