Significado de psicología jurídica Definición, criminología, penitenciaria, menores, y victimología

Definición formal

La Psicología Jurídica es el abordaje psicológico a instancias del ámbito jurídico, como una disciplina mixta, en pos de descifrar aspectos del individuo en su relación con el entorno legal que rige la convivencia social y determina las responsabilidades sobre los actos.

Experimenta notable aplicación en épocas recientes. En esta línea, la idea de observar al derecho como la aplicación y estudio de leyes se extiende a una esfera social que implica la interacción de las personas sin tantas fachadas legales. Asimismo, se considera que las personas deben ser entendidas como seres humanos; en consecuencia, sus comportamientos implican cambios emocionales y psicológicos durante procesos jurídicos.

En el propio espacio jurídico, sucede que esta rama de la psicología tiene numerosas variantes y ámbitos de acción, comprendiendo el estudio social detrás de crímenes cometidos, los problemas que atraviesan las víctimas, así como la sociabilidad carcelaria, y los contextos que afectan al comportamiento y desarrollo de menores, entre otros aspectos.

Los menores de edad y la familia

Los menores de edad son personas que se consideran que aún no son 100% responsables de sus actos. En tal sentido, merecen un trato jurídico especial. Se asume que tienen tutores, mentores y/o responsables legales; que por lo general son sus padres o familiares cercanos.

Por otra parte, en múltiples ocasiones estos menores forman parte de procesos legales. Por ejemplo, en las demandas de divorcio donde se discute la patria potestad de uno de ellos. Se sabe que son afectados por todo el protocolo jurídico que implica la separación de sus padres. A esto se agrega que las leyes los protegen, tratando que el proceso de separación sea lo menos traumático posible para ellos.

Psicología jurídica en el sistema penitenciario

La psicología jurídica se aplica mucho en el ámbito penitenciario. Las personas que han cometido delitos, y los pagan con su libertad, también pasan por un proceso psicológico bastante complejo. En tal sentido, los psicólogos procuran que la experiencia en la cárcel ayude a la persona a regenerarse, no a convertirse en un peor criminal.

Por otra parte, en muchos lugares se procura una evaluación psicológica de los privados de libertad. De hecho, una vez terminada la condena se recomienda cotejarlos psicológicamente. Se considera que son personas que han cometido delitos previamente y pueden reincidir, por lo que se vuelve necesario saber que están preparadas para ser libres de nuevo y vivir en sociedad.

Victimología

Es la faceta de la psicología jurídica que estudia el rol de la víctima en el hecho delictivo. A diferencia de la criminología, no estudia a quien comete el delito; en este caso el foco es quien lo padece. Por ende, tiene cierta condición protectora. Se supone que la víctima jamás ha pensado en sufrir las consecuencias que produce un acto delictivo.

En buena medida, el derecho se realiza para crear justicia hacia la víctima pero, del mismo modo, hay que tener en cuenta que la víctima puede cometer actos delictivos con carácter vengativo. Igualmente, que puede tener un menoscabo psicológico que afecta su declaración y testimonios. Todo esto debe tenerse en cuenta durante un proceso judicial.

Las víctimas de delitos deben tener una evaluación por parte de un psicólogo. Solo de esa manera se garantiza que su participación en tribunales y actos legales sea completamente válida.

Testimonio y jurado como psicología judicial

Son dos aspectos esenciales de todo proceso judicial. Los testimonios son declaraciones respecto a un acto fuera de ley. Tales testimonios tienen una alta relevancia para demostrar si se cometió un delito, por lo que deben ser emitidos por personas con un equilibrio psicológico avalado.

Por ejemplo, aquellas personas que padecen de mitomanía (tendencia a mentir constantemente) no pueden ser consideradas como testigos.

Por otra parte, se tiene una premisa: todo testimonio es un tanto sesgado. Influye el punto de vista, creencias y cultura de quien emite el testimonio. Por ende, se aplican ciertos criterios de psicología judicial para evaluar el grado de veracidad de cada testimonio emitido.

Asimismo, ocurre que los jurados también deberían ser evaluados desde punto de vista psicológico. Todo esto en aras de lograr un equilibrio en la aplicación de la ley. Hay que tener en cuenta que quienes aplican las leyes son seres humanos, quienes tienen implicaciones psicológicas en su conducta.

Mediación y ejemplos de aplicación

Es un puente para llegar a acuerdos. Muchas veces, se pacta para evitar complejos procesos judiciales. La mediación se acepta para proteger a las personas o sus intereses. Por ejemplo, en casos de divorcio una mediación evita el trauma a los menores de edad de tener que pasar los sumarios judiciales complejos.

Es importante que toda mediación deba estar dentro del marco de la ley. Igualmente, una mediación válida es aquella donde no hay coerción por una de las partes. Se trata de una alternativa a la aplicación de las leyes, donde se acepta que las personas puedan llegar a acuerdos por su cuenta. Y al hablar de que no hay coerción, es intrínseco demostrar psicológicamente esa carencia de coerción, especialmente cuando los sujeto de derecho son vulnerables, como las víctimas, ancianos y/o niños.

Psicología de la delincuencia o criminología

Se trata de las características psicológicas de la persona que comete un delito. En buena medida, trata de entender las razones que conllevan a quebrantar la ley. Esta psicología en ocasiones se aplica para matizar penalidades.

Por ejemplo, en casos de bigamia o infidelidades puede ocurrir una agresión por parte de quien se considera afectado. En este caso, se considera que quien comete el delito no lo hace con alevosía, sino impulsado por un sentimiento de rabia o frustración.

Por otra parte, esta variante de la psicología jurídica también tiene cierto rasgo preventivo. Se entiende que bajo situaciones de tensión las personas pueden quebrantar la ley. Por ejemplo, una persona que tiene mucho tiempo sin comer, puede intentar robar alimentos o dinero para calmar el hambre.

De cualquier manera, la psicología de la delincuencia considera como peligrosos a los individuos que cometen delitos sin motivos aparentes, sobre todos, a aquellos que causan daños a los demás, o ir contra la ley, por el simple placer de hacerlo. Se trata de gente peligrosa, que es preferible tener privados de su libertad o bajo vigilancia.

La psicología ayuda a mejorar la aplicación de las leyes. El derecho es una rama social, que implica la interacción entre seres humanos.