Valores Universales - Definición, Concepto y Qué es

El concepto de valores universales hay que enmarcarlo dentro de la dimensión moral del ser humano. Al referirnos a los valores hacemos alusión a la libertad, a la justicia, a la generosidad, al amor, la paz, la solidaridad o la honradez, conceptos que están presentes en todas las tradiciones culturales.

Los conceptos más arriba indicados tienen sentido por lo que valen. Así, decimos que algo es valioso porque lo consideramos bueno. Por lo tanto, los valores no existen propiamente (no existe la libertad en ningún sitio ni ningún otro valor), sino que lo que hacemos es que ciertas cosas tengan un determinado valor.

¿Qué entendemos por valores universales?

Los valores morales pueden entenderse desde la subjetividad individual, en relación a una cultura determinada o como ideas universales.

Una persona puede entender un valor (por ejemplo, la libertad) partiendo de su experiencia personal. Ese mismo valor puede concebirse desde una óptica cambiante (por ejemplo, la idea de libertad para los griegos de la antigüedad, la libertad para el hombre del Renacimiento o para el hombre contemporáneo).

Otra perspectiva consiste en entender la libertad como una idea universal y, por lo tanto, que a pesar de los criterios individuales o de las circunstancias históricas, la libertad es un valor universal y, de hecho, se viene reflexionando sobre ella desde hace más de 2000 años. Esta visión supone entender la libertad o cualquier otro valor como una referencia constante y que de una u otra manera está siempre presente en el ser humano.

La polémica sobre los valores universales

La ética es la disciplina que analiza el comportamiento moral del individuo. Algunos filósofos sostienen que no se puede hablar de unos valores universales, pues consideran que estos supuestos valores son cambiantes y además son ideas creadas por el mundo occidental y no por todas las tradiciones culturales.

Esta concepción es relativista y según ella cada tradición cultural entiende los valores según sus propias coordenadas culturales. En cambio, otros filósofos reivindican que sí hay unos valores universales, pues si decimos que algo es bueno es porque consideramos que esta idea es universalizable, es decir, es bueno no solo para mí sino para toda la humanidad.

Un ejemplo concreto de valores universales lo podemos encontrar en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, un documento que pretende ser válido para el conjunto de la humanidad y, por lo tanto, con una dimensión global y universal.

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