Definición de Virilidad
La palabra virilidad nos permite referir a aquello que ostenta la calidad de viril, en tanto, éste último se emplea con frecuencia para dar cuenta del varón o todo aquello vinculado a éste, lo varonil, es decir, todo aquello que posee características propias del varón suele referirse a través de la palabra viril.
Calidad de viril: aquello que reviste las características distintivas de los hombres
El pelo corto, el pelo en el pecho, en las piernas y en los brazos, la fuerza y la voz grave, son algunas señales que normalmente se asocian con la virilidad y lo masculino; la ausencia de las mismas es recurrentemente entendida como falta de virilidad y como consecuencia si un hombre, un varón no demuestra entre sus características salientes las mencionadas se lo suele calificar como poco varonil, poco hombre, situación que muchas veces termina en una estigmatización y en una situación incómoda para ese hombre que no sigue los parámetros que se consideran propios de su género.
Cambios de miradas respecto de la virilidad con el paso del tiempo y la evolución
Si bien lo expuesto es algo que aún ocurre en las sociedades especialmente machistas, que le atribuyen ciertos roles, comportamientos, y características a uno y otro género, en los últimos años, afortunadamente, ha habido una mayor apertura en este sentido y se acepta que los hombres presenten usos y costumbres más corrientes en las mujeres, como cuidar sus aspectos físicos, sin que ello melle en su virilidad o en su condición de varones. Y lo propio ocurre con el género femenino, es normal que muchas mujeres desplieguen roles y conductas que antes eran únicamente aceptadas para los hombres.
La evolución de las sociedades lo ha permitido ciertamente y es por supuesto una cuestión súper positiva.
Y no podemos soslayar que el rechazo que hoy día existe en muchas comunidades occidentales respecto del machismo ha sumado en este cambio de mentalidad y ya no se piense que un hombre es viril porque presenta vello, porque es fuerte o porque no se pone cremas antiarrugas.
Obviamente que esta transformación en el pensamiento impacta especialmente en las sociedades occidentales, en las culturas árabes, lamentablemente, la mujer sigue siendo relegada respecto del hombre, en un segundo plano, sin posibilidad de voz y de libertad individual para trabajar, para estudiar, en muchos casos, y por su parte el hombre se encuentra asociado a las características que antes mencionábamos son distintivas de la virilidad. Quien no las presente es discriminado y en algunos casos hasta castigado.
Lamentablemente, en el siglo XXI esto sigue sucediendo en algunas culturas y comunidades.
Capacidad sexual de un hombre
Por otra parte, en la cultura occidental se suele relacionar la virilidad con la capacidad sexual de un hombre, es decir, la competencia que presenta en lo que respecta a la potencia sexual y que despliega en sus performances sexuales; cuanto mayor sea la capacidad de un hombre de mantener su órgano sexual erecto durante un lapso de tiempo prolongado, mayor será su virilidad, se cree. Por tanto, normalmente se considerará falto de virilidad a aquel individuo que no pueda lograr una performance sexual estándar.
Como consecuencia de esta creencia tan extendida es que aquel individuo que sufre problemas de impotencia puede sentirse diezmado, con baja autoestima.
Ahora bien, debemos decir que la medicina actual ofrece unas cuantas alternativas frente a este problema, desde medicamentos hasta técnicas que mejoran esta problemática.
En épocas pasadas y remotas, o aún hoy día en algunas culturas que siguen fervientemente arraigadas en el pasado, es y era común que se considerase como falto de virilidad a aquel individuo que demostraba poca aptitud a la hora de la procreación, o sea, que a pesar de intentarlo no lograba dejar embarazada a una mujer, o en su defecto, a aquel que solamente procreaba mujeres y entonces, por el contrario, se creía dueño de una importante virilidad a aquel que era capaz de engendrar solamente varones.
Entonces, es prácticamente inviable que hoy día, en Occidente, se relacione la virilidad con la potencia generativa, sino más bien la misma se encuentra estrictamente relacionada con la potencia sexual, desvinculándose de este modo el tema de la disposición o no de reproducción.
Trabajo publicado en: Sep., 2011.
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