Definición de Amabilidad
Existen habiildades sociales que facilitan la convivencia en sociedad. Formar parte de una familia, ser miembro de un equipo de trabajo, establecer relaciones con la comunidad de vecinos del barrio, supone entender que hay que cumplir unas normas de convivencia básicas que propician el orden y también, ayudan a que la vida de todos sea más agradable. La amabilidad, es decir, tener un trato de atención personalizada hacia el otro, es una habilidad muy importante a través de la que una persona muestra su respeto hacia otra.
La importancia de la amabilidad en el trabajo
La importancia de la amabilidad es determinante en los requisitos que debe de cumplir un empleado para desempeñar un puesto de trabajo de forma efectiva. Por ejemplo, ser dependiente en una tienda implica ser una persona servicial, con buenos modales y con un trato al público exquisito.
En un mal día, los otros no tienen la culpa por nuestros problemas
Existen momentos en los que a todos nos cuesta más ser amables. Por ejemplo, cuando no tenemos un buen día, cuando nos apetece estar solos, cuando nos apetece dar rienda suelta a nuestro individualismo más primario. Sin embargo, incluso en ese tipo de situaciones, tenemos que recordar que los demás no tienen la culpa de nuestros problemas, por tanto, las personas maduras debe de diferenciar sus propios conflictos personales de todo lo demás para no dejar que su humor personal influya en su trato hacia los demás.
La amabilidad es una habilidad que es muy fácil de nombrar en la teoría pero es más difícil de demostrar en la práctica. Por esta razón, también es de sabios rectificar. Por ejemplo, cuando crees que no te has comportado del modo correcto con un compañero de trabajo, puedes disculparte de forma sincera.
Saber decir gracias: la forma en la que uno se expresa y trata a las personas
Existen palabras básicas que muestran amabilidad y que conviene utilizar con frecuencia: gracias, lo siento y por favor. El modo en el que tratas a los demás es un reflejo de la forma en la que te tratas a ti mismo. Por ello, para empezar a ser amable con los demás, en primer lugar, tienes que ser amable contigo mismo, tratarte con respeto y con cariño como si fueras tu mejor amigo.
La amabilidad está basada en el amor que todos necesitamos para vivir mejor. Cuando tratas con amabilidad a ti mismo o a otra persona, estás sumando autoestima y vitalidad a ese corazón. Todos necesitamos cariño y afecto pero de una forma más concreta los niños y los ancianos necesitan recibir muchas dosis de afecto.
Trabajo publicado en: Jul., 2014.
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