Definición de Ameno
Decimos que una persona, una película o una actividad nos parece amena cuando nos resulta agradable y placentera por algún motivo. En líneas generales, las personas amenas son aquellas que tienen una buena conversación y cuentan cosas entretenidas y, de manera inversa, consideramos que alguien es aburrido porque su conducta y su manera de ser resulta poco estimulante. Algo similar ocurre en el mundo del espectáculo, en el que ameno y aburrido son dos calificativos muy corrientes a la hora de describir las sensaciones de los espectadores.
La amenidad y el placer
La amenidad de algo tiene una relación directa con el placer. Podríamos decir que algo es ameno si proporciona un cierto placer. Como todos sabemos, el ser humano busca el placer y evita el dolor como norma general. En consecuencia, de manera consciente o inconsciente, hacemos cosas placenteras con el propósito de sentirnos bien. Sin embargo, el placer y el dolor pueden estar muy unidos.
Pensemos en una actividad amena como ir al teatro. En principio, decidimos ir porque queremos pasar un rato agradable, pero la representación teatral puede provocarnos tristeza o melancolía por algún motivo, una circunstancia que tiene un componente doloroso. En este sentido, en el mundo del espectáculo hay dos tipos de representaciones: las que están planteadas como un simple entretenimiento (por ejemplo, el circo o la comedia) y aquellas en las hay otros ingredientes (en una tragedia el espectador se entretiene, pero al mismo tiempo reflexiona a partir de los problemas que afectan a los personajes).
La amenidad y el conocimiento
Ciertas actividades nos parecen amenas porque previamente nos hemos familiarizados con ellas a través de un proceso lento de conocimiento. Si alguien empieza a estudiar latín es muy probable que no se divierta, pero con el tiempo puede llegar a disfrutar con la lectura de los clásicos o incluso formando parte de un grupo que se reúne para hablar en latín. Este simple ejemplo nos recuerda que en muchas ocasiones algo nos resulta difícil y aburrido y finalmente lo consideramos muy ameno.
La importancia del ocio
Las 24 horas del día se dividen normalmente en tres apartados: unas horas para dormir, otras para trabajar y el resto para el ocio. La mayoría de alternativas de ocio y tiempo libre tienen un común denominador: que el consumidor disfrute con ellas y que las considere amenas.
Cada individuo tiene su propio criterio a la hora de valorar algo como ameno o aburrido. Ninguna actividad es objetivamente amena o aburrida, ya que una u otra consideración dependen de muchos factores (intereses personales, cultura, motivaciones…). Sin embargo, las empresas o instituciones que se dedican al ocio intentan que sus propuestas sean lo más amenas posible para el mayor número de personas.
Fotos: Fotolia – Augustino / Tatyana Gladskih
Trabajo publicado en: Ene., 2017.
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