Definición de Contemplar

Cuando alguien observa algo o a alguien con suma atención se denomina contemplar. “Me encanta contemplar cada una de las piezas que dispone el anticuario del barrio; tienen objetos muy originales.”

Observar algo o a alguien con mucho interés

Hay trabajos, actividades que demandan por parte de quien las realiza focalizarse y prestarle a ello suma atención para que el resultado sea exitoso, el esperado.

En tanto, cuando ello no ocurre, o sea, si no le prestamos atención a aquello que hacemos será ciertamente un problema, porque lo más probable es que aquello que estamos haciendo no saldrá de la manera esperada.

Por otra parte, cuando hay algo que nos gusta demasiado, que nos produce placer, solemos contemplarlo de una manera especial, con gran interés, por ejemplo, el mar, la montaña, un paisaje natural fabuloso por la belleza que emana, a alguien que amamos, entre otros.

Tener en consideración algo o a alguien

Por otro lado, contemplar, también supone la consideración de algo o el hecho de tener en cuenta a algo o a alguien. “Contemplaré tu caso llegado el momento, aunque, por ahora es imposible que pueda cambiarte de horario.”

Si queremos lograr un objetivo determinado en nuestro trabajo deberemos evaluar, considerar, diversas variables y factores, ponerlos en práctica, a aquellos que se analicen como más positivos, y así poder lograr el éxito que se busca.

Satisfacción

Y el hecho de satisfacer a alguien, por ejemplo complaciéndolo con algo que le gusta , suele ser designado con el término contemplar. “Disfruto de contemplar a mi esposo, no sé porque no lo entiendes.”

Asociación con lo espiritual y la religión

En tanto, la acción de contemplar, especialmente cuando está asociada a contemplar cuestiones de tipo espiritual o religioso, implica, el acercamiento por parte del sujeto que contempla, a un estado en el cual la calma, la paz, y el silencio se adueñan del momento.

Tal estado se conoce popularmente como contemplación y se llega a él una vez que se consiguió dejar de lado la intranquilidad y los pensamientos que generalmente acechan.

Aunque claro, este estado no aparece de pronto sino que es preciso promoverlo a través de diferentes técnicas, como ser la meditación o la práctica de la oración.

Cuando un creyente quiere mantener una conversación o vinculación con su dios, seguramente elegirá conversar con él a través de la oración y en un marco de absoluta tranquilidad y quietud, en el cual pueda transmitirle sus sentimientos, y pedidos, entre otros.

Tratará de mantenerse en silencio, desapegarse de los pensamientos ordinarios y de las emociones más elementales para hallar esa conexión espiritual con Dios.

Cabe destacar, que en este estado predomina lo inmaterial y espiritual por sobre lo material, es decir, llegado a este estado no habrá prácticamente ningún tipo de necesidad material, porque todo pasará a través del espíritu.

La contemplación en este sentido viene siendo practicada por el hombre desde tiempos inmemoriales e incluso civilizaciones de hoy que ostentan miles y miles de años de antigüedad en el planeta siguen haciendo culto de este estado.

Hoy: un gran culto a la espiritualidad

Precisamente en la actualidad ha habido un renacer del culto a la espiritualidad a través de diversas formas, vía religión como ya mencionamos, pero también a través de la asistencia a cursos y talleres que ofrecen un espacio en el cual se puede meditar, relajarse, y conectarse con el mundo más íntimo de uno mismo.

Hay también muchas agrupaciones con y sin fines de lucro que han revalorizado las prédicas de maestros espirituales, oriundos de lugares como la India, y así es que organizan talleres y encuentros en los cuales los asistentes realizan prácticas para valorar su presente y no quedarse atrapados en el pasado, o el futuro por venir, para así poder avanzar en la vida y alejarse del estrés y la ansiedad que ello produce.

Y a esto se le suma la enseñanza de técnicas de respiración que ayudan en la relajación y la contemplación.