Definición de Injuria
Hay muchas formas de faltar al respeto a los demás. Una de ellas es la injuria, un término que proviene del latín iniuria y que etimológicamente significa agravio u ofensa. En el lenguaje coloquial hay palabras sinónimas: insulto, afrenta, difamación, vituperio, blasfemia y otros muchas.
Injuriar a alguien supone decir algo ofensivo sobre otra persona y, por lo tanto, esta circunstancia es contemplada por la ley, que establece el delito de injurias.
Calumnia, difamación e injuria
Existen delitos contra el honor de las personas, pues el honor es un bien jurídico protegido por el derecho penal. Sin embargo, no todos los delitos contra el honor son iguales. De hecho, hay tres variantes posibles: la calumnia, la difamación y la injuria.
La calumnia es una falsa imputación, es decir, acusar a alguien de un delito a sabiendas de que dicha acusación es falsa. La difamación se fundamenta en la intención de dañar a alguien en su dignidad o reputación, de tal forma que un hecho es atribuido a alguien con el propósito de perjudicarle (la peculiaridad de la difamación se basa en la utilización de algún medio de difusión, por ejemplo, la prensa, la radio o las redes sociales).
La injuria es semejante a la difamación y se refiere a la acción de menospreciar o deshonrar a alguien. De esta manera, si de una mujer se dijera que es una prostituta se estaría atentando contra su honor y tal acusación constituye un delito. El delito de injurias existe con el propósito de proteger la honorabilidad de cualquier persona. Sin embargo, hay una excepción a esta norma: cuando la presunta injuria se realiza sobre un servidor público y en relación con el ejercicio de sus funciones.
Esta excepción obedece a que la privacidad del servidor público tiene una proyección pública cuando realiza sus atribuciones profesionales. No hay que olvidar que el delito de injurias existe para proteger la dignidad individual, pero si hablamos de un empleado público su honor y dignidad como servidor del estado van más allá de lo individual y tienen un interés general.
Para que alguien sea penado por la ley por injurias es necesario que la persona ofendida ponga una querella para defender su honor ante el descrédito de la injuria. Por otra parte, desde el punto de vista del juez es preciso determinar que una ofensa tiene la intención de dañar moralmente a alguien, lo que en derecho es conocido con la expresión latina Animus injuriandi (que se podría traducir como la intención de injuriar o el deseo de ofender).
La injuria, la difamación o la calumnia son potencialmente un delito. No obstante, hay quien considera que deberían despenalizarse, pues van en contra de la libertad de expresión. Quienes desde la perspectiva jurídica sostienen que es razonable que la ley contemple el delito de injurias afirman que la libertad de expresión es un derecho `pero también lo es la protección al honor y el conflicto entre ambos derechos no debe suponer la despenalización del delito de injurias.
Fotos: iStock – Anetlanda / choja
Trabajo publicado en: Sep., 2015.
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