Definición de Oclocracia
La palabra que analizamos proviene del griego y está formada por la raíz chlo, que quiere decir multitud, y por cratos, que se traduce como gobierno. Así, en su sentido literal la oclocracia es el gobierno de la multitud.
La degeneración de los sistemas de gobierno
En su tratado sobre la Política el filósofo griego Aristóteles expuso las distintas formas de gobierno, así como sus correspondientes versiones degeneradas. Puso de manifiesto que la monarquía puede desembocar en una tiranía, la aristocracia tiene el peligro de convertirse en una oligarquía y la democracia puede acabar en demagogia.
Una de las formas de demagogia es precisamente la oclocracia. En la demagogia convencional, un político tiene la habilidad retórica para manipular al pueblo, mientras que en la oclocracia es el pueblo el que toma la palabra y acaba imponiendo su voluntad. Como es obvio, no se trata de una forma de gobierno en un sentido corriente, sino de un fenómeno social que se manifiesta cuando la muchedumbre acaba imponiendo su criterio.
Un breve análisis sobre el poder de las multitudes
En el ámbito de las democracias actuales los partidos políticos y las instituciones no atraviesan por un buen momento, pues amplios sectores de la ciudadanía tienen recelos hacia la política convencional. Así, de alguna manera amplias capas sociales se convierten en un nuevo actor de la vida pública.
Millones de personas profundamente desencantadas opinan sobre todo tipo de asuntos de interés general, aunque sus fuentes de información estén sesgadas. Si bien estas personas no tienen ninguna herramienta política para cambiar la realidad, es indudable que sus opiniones acaban teniendo un cierto peso en el conjunto de la sociedad. Es en este clima social donde emerge la idea de oclocracia.
La fuerza de las redes sociales ha multiplicado la voz de las masas populares desencantadas. Las opiniones críticas puramente viscerales, las descalificaciones sin ningún tipo de argumentación y la queja permanente hacia todo son algunas de las formas de comunicación que utiliza el ciudadano corriente para expresar sus ideas e inquietudes. El problema de esta corriente social es su irracionalidad.
Los ciudadanos pueden y deben participar, opinar o criticar sobre todos los asuntos de interés general, pero sería deseable que sus intervenciones fueran algo más que el simple vocerío de la muchedumbre. De lo contrario, se hace presente la oclocracia, es decir, el poder de las masas populares.
En algunas ocasiones esa masa profundamente desilusionada encuentra un aliado populista por el camino. No hay líder populista sin su correspondiente muchedumbre que le apoye.
Foto Fotolia: Bakhtiarzein
Trabajo publicado en: Ene., 2019.
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