Definición de Filosofía como Ciencia
Desde que el hombre es hombre se ha sentado a reflexionar sobre el origen del universo, el sentido de las cosas y sobre su propia existencia. De eso hablamos cuando nos referimos a la filosofía, que etimológicamente significa “amor a la sabiduría” y que constituye la práctica metódica de estas reflexiones. Si bien comparte el cuestionamiento último sobre la existencia humana con la religión, la filosofía se basa en un razonamiento crítico y sistematizado, abierto al debate y a la reformulación. Sin embargo, se ha debatido si puede considerarse a la filosofía como una ciencia, dada la ausencia de los contenidos experimentales o empíricos que caracterizan a la ciencias fácticas tradicionales.
Sin embargo, cabe señalar que la filosofía puede practicarse en cualquier contexto, pero su ejecución más sistemática es la que hoy conocemos cuando la estudiamos como ciencia. Si bien algunos atribuyen el origen del estudio filosófico a los egipcios, los primeros filósofos de los que se haya tenido referencia real son, por supuesto, griegos y se los conoce como los “presocráticos”. En adelante y siguiendo distintas corrientes, nos encontraremos con Platón, discípulo de Sócrates (de quien no se conserva ningún documento escrito y sólo se lo conoce por las referencias platónicas), que encontrará una primera oposición filosófica en Aristóteles. Los textos platónicos han permitido reconocer la sistematización del conocimiento socrático, propio de los primeros tiempos de esplendor de Atenas, en contraposición con las obras completas aristotélicas que marcaron gran parte de los conceptos filosóficos del mundo antiguo, incluido el posterior imperio romano.
La Edad Media fue un período ciertamente oscuro para la práctica de estas meditaciones, aunque uno de sus máximos representantes fue Santo Tomás de Aquino, un religioso cristiano que, además, quería probar la existencia de Dios a través del examen crítico. Es apropiado hacer énfasis en que Santo Tomás intentó con notable éxito aplicar la modalidad de Aristóteles a la luz de su fe en la cristiandad, dando lugar a la llamada filosofía tomista, que aún hoy es uno de los pilares más aplicados por esta ciencia en Occidente.
Es probable que, cuando escuches hablar de filosofía, esta disciplina esté asociada con el estudio más moderno de esta ciencia. Quizás oíste algo sobre Descartes, Locke, Hume o Kant, todos ellos grandes exponentes de la filosofía que tiene como base, o bien la razón (y por eso a algunos se los llama racionalistas), o bien la experiencia (y a éstos se los denomina empiristas). Ambas corrientes han marcado caminos con convergencias o divergencias variadas durante la Edad Moderna, cuyas repercusiones aún se perciben en el conocimiento filosóficos de los tiempos actuales. No obstante, la filosofía moderna tardía nos llega más de cerca y es aquella que incluye a pensadores alemanes como Hegel, Engels y Nietzsche. Este último inició la fase existencialista de la disciplina, convirtiéndose en un filósofo revolucionario, en muchas ocasiones interpretado de forma equívoca, en especial por los movimientos europeos totalitarios del siglo XX. Precisamente, fue en ese siglo en el cual predominó la segmentación de la filosofía en ramas mucho más específicas como la fenomenología, el existencialismo, la hermenéutica, el estructuralismo y el postestructuralismo. Esta complejización progresiva de las doctrinas ha motivado que distintas vertientes de la filosofía se hayan convertido hoy en ciencias con entidad propia, y entre ellas pueden contarse la metafísica, la ontología, la cosmología, la lógica, la gnoseología, la epistemología, la ética y la estética, entre muchas otras. También la filosofía ha encontrado su aplicación en el estudio de la matemática, las ciencias sociales y muchas otras, en especial en aquellas disciplinas en las cuales se fusionan contenidos puramente científicos empíricos con un acentuado componente de índole moral o cultural, como acontece con la medicina.
A su vez, cabe mencionar aquí que la historia de la filosofía tal como la conocemos está trazada a partir de los pasos que esta ciencia ha recorrido en Occidente. Por ende, para abordar la filosofía en toda su plenitud, también hay que ocuparse de todo lo que ocurrió durante estos siglos en Oriente, donde podemos encontrar a filósofos de gran envergadura como el chino Confucio. Así, numerosos movimientos religiosos y místicos del Asia han dado lugar a extensas corrientes filosóficas, como el mencionado confucionismo y distintas vertientes que, con distintos matices, se originaron en Japón o China. Por otra parte, el subcontinente indio es sin dudas una profunda cuna filosófica, en la cual diferentes culturas dieron lugar a escuelas complejas de filosofía que marcaron la cultura de la India y de naciones vecinas por siglos.
Trabajo publicado en: Oct., 2008.
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