Definición de Pautas De Conducta
Las pautas de conductas son aquellos modelos o guías de comportamiento que nos indican a priori cómo deberíamos comportarnos ante la sucesión de determinadas situaciones, especialmente en lo que respecta a la vida en comunidad.
Guía de comportamientos que nos indica cómo debemos comportarnos y actuar ante determinadas circunstancias
La vida en sociedad, la observación y la repetición de las mismas es lo que nos permite a las personas adquirir este tipo de pautas e internalizarlas para que cuando se produzca tal o cual situación, no resultar desprevenidos y saber cómo actuar de acuerdo a lo que la sociedad espera de nosotros y también, para así no ser castigados o vistos por el resto de los componentes de la sociedad como elementos perturbadores de la tranquilidad y armonía de la misma, es decir como elementos disruptivos.
Se considerará a algo como disruptivo cuando genera una ruptura brusca, por ejemplo, del orden, la armonía que se venía observando en un contexto. Por supuesto que ello provocará un cambio determinante.
La conducta disruptiva atenta contra el orden y las pautas sociales propuestas y aceptadas
Las conductas disruptivas siempre llegan acompañadas de impulsos agresivos, que en el ejecutor de las mismas actúan como aliviadores de la carga que ostentan pero para los otros serán vistas como comportamientos antisociales.
La conducta disruptiva rompe de plano con los valores y las pautas de conducta impuestas por la sociedad a la cual se pertenece y por tanto la armonía como la buena convivencia de quienes pertenecen a la misma se verá ciertamente amenazada y en peligro.
El orden social estará amenazado.
Es importante que señalemos que según los estudiosos del tema, los comportamientos disruptivos ya pueden manifestarse, y por caso observarse en la niñez, entre el año y los tres años de los niños.
Llantos y berrinches interminables que no pueden ser contenidos, ataques de furia, especialmente cuando no logra aquello que quiere, golpes contra objetos, peleas recurrentes con pares o con adultos que le quieren poner límites a ese comportamiento, son algunas manifestaciones comunes de comportamientos disruptivos en la niñez.
Pero claro, debemos decir también que la conducta disruptiva no es patrimonio exclusivo de la mencionada etapa de la vida sino que puede observarse en otros contextos y edades.
Lo importante a saber es que la misma es sumamente perjudicial para la convivencia social y para el correcto desarrollo social de la persona, nadie querrá interactuar con un niño, joven o adulto que se manifiesta de manera habitual con actitudes antisociales. Por tanto, lo recomendable será el estudio del caso por parte de un profesional de la psicología y de ser necesario comenzar un tratamiento para que la persona pueda manejar su conducta disruptiva y evitarla.
La mayoría de estos casos se solucionan de esta manera, con la intervención efectiva de un profesional, difícilmente alguien pueda superarlo per se, porque los desencadenantes suelen estar arraigados en cuestiones muy íntimas y probablemente desde el comienzo de su existencia.
Los padres y la escuela, claves en inculcar las pautas
Como partes integrantes de la sociedad es que los seres humanos vamos incorporando de a poco y a medida que crecemos pautas de comportamiento como ser: comer tres veces al día, ponernos de pie y cantar el himno en cuanto lo escuchemos sonar, darle el asiento a una persona mayor, a una embarazada o a una persona discapacitada cuando sube a un ómnibus; todas estas acciones las repetimos porque así nos lo han enseñado nuestros padres, la maestra en la escuela, entre los principales agentes socializadores con los que interactuamos en los primeros años, es decir, las pautas de conducta estarán estructuradas por los roles, los procesos sociales, las relaciones, las instituciones y la cultura.
En etapa de desarrollo y crecimiento resulta indispensable que los padres le marquen pautas de conducta a sus hijos con la misión que las mismas los ayuden a desempeñarse satisfactoriamente en la vida social. Por tanto, cada vez que se le indique una pauta a un niño se lo deberá hacer de forma clara, concreta, con firmeza y dándole una explicación coherente respecto del porqué es preferible seguir la conducta que se indica.
En tanto, si bien las pautas se mantienen constantes a través del tiempo, las mismas pueden sufrir algunas variaciones como consecuencia de las siguientes situaciones: paso del tiempo, diferencias regionales y el estatus social.
Trabajo publicado en: Dic., 2010.
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