Definición de Perseverancia
Título de Prof. en Psicología
1. La perseverancia es la capacidad de continuar hasta alcanzar un objetivo determinado, es decir, es persistir en aquello que uno se propone hacer o alcanzar sin importar el tiempo y/o las dificultades.
2. Atributo o cualidad que caracteriza positivamente a los individuos que se mantienen firmes en sus metas. Ejemplo: ‘Tuvo perseverancia para graduarse aún a pesar de que empezó tarde sus estudios’.
Etimología: Por el latín perseverantia, con base en el verbo perseverāre, construido a partir del prefijo per-, como agente de intensidad, remitiendo a ‘por’, ‘mediante’, seguido del término sevērus, asociado a la cualidad de ‘firme’, ‘severo’, y el sufijo -āre, de acuerdo a la conjugación verbal; actúa el sufijo -ancia, en latín -ntia, a efectos de la sustantivación.
Cat. gramatical: Sustantivo fem.
En sílabas: per-se-ve-ran-cia.
Perseverancia
La perseverancia es una cualidad, generalmente bien valorada, que refiere a emprender acciones o tener ciertos pensamientos, repetidamente y con esmero, para lograr determinado objetivo. No bajar los brazos enseguida y persistir, aún con piedras en el camino, demuestra nuestra fortaleza, decisión y autocontrol. En los proyectos, a corto y largo plazo, esto es fundamental. Por ejemplo: ‘Mercedes persevera en sus estudios, pese a sus dificultades para sentarse a estudiar, pues reconoce que la recompensa le traerá mucha alegría’. ‘Juan Cruz persevera en su idea de encontrar el amor, por lo cual tiene citas, en las cuales muestra lo mejor de sí, pero también sus debilidades’.
Utilidad de la perseverancia
Insistir por distintos medios para arribar a un fin, de modo constante, es esencial debido a que los objetivos no suelen alcanzarse rindiéndose ante el primer escollo. Tal vez por cierto rumbo o en cierto tiempo no obtenemos lo anhelado, pero es cuestión de tomar una pausa y cambiar de perspectiva. Respirar y seguir. Ser amables con nosotros mismos es parte del proceso.
Lo importante no es llegar rápido a la meta, sino tener en claro los pasos a seguir, ser ordenado, valorar el proceso, confiar en nosotros y, por último, gozar de los resultados.
Cada un tiempo es bueno preguntarse si seguimos teniendo los mismos ideales, pues si, por ejemplo, ya no queremos casarnos, sino viajar, no tiene sentido continuar insistiendo en los mismos pasos.
Podemos observar esta característica en distintos ámbitos de la vida humana, para conseguir un ascenso en el trabajo, superar un duelo, formar una familia, ser más sociables o positivos, construir una empresa, viajar por el mundo, entre otros.
¿Cómo perseverar en el estudio?
Estudiar una carrera suele traer muchos dolores de cabeza, pues implica un gran esfuerzo mental y físico, postergar otros planes, limitar el tiempo de recreación y concentrarse.
La clave está en ponerse un tiempo fijo para dedicarle al estudio, por ejemplo, de lunes a viernes me siento a leer de 13 a 17 horas y luego puedo descansar, dedicando los fines de semana a una distracción. O también puede ser proponerse leer diez páginas por día o las que sean necesarias, todos los días repasar cierto tema, reunirse con un compañero a compartir ideas, etcétera.
Estudiar en grupo es una opción para hacer de la tarea algo más ameno y entretenido, compartir angustias y apoyo mutuo.
Se debe ser estratégico en el estudio, no se puede saber todo -ni es necesario-, por eso los resúmenes son una buena herramienta, así como averiguar los temas que suelen tomar en el examen, realizar guías de preguntas o leer el programa de la materia.
Especialmente la organización, perseverancia y deseo son fundamentales si, además, se trabaja o se tiene una familia, teniendo más limitados los tiempos y energía.
Crear un ambiente de estudio poco cargado visualmente, que inspire paz, con colores neutros y silencioso o con música suave, es otra clave para disfrutar de ese momento, así como acompañar la lectura de un té de tilo o una bebida que nos guste.
¿Cuándo la perseverancia se vuelve algo negativo?
Tenemos también otra cara de la perseverancia, que es negativa, cuando se insiste en una meta irrealizable, de modo obsesivo y poco consciente, pues no contamos con los medios necesarios. Por ejemplo: si quiero ser millonario, pero no tengo trabajo, ni un plan a seguir, sino simplemente la visión de tener mucho dinero.
En este sentido, podemos armar un plan de objetivos y jerarquizarlos en pasos, donde cada objetivo pequeño me ayude a lograr uno mayor, para no perder el entusiasmo en el rumbo hacia una meta lejana.
Por otra parte, la perseverancia puede ser mala si la finalidad es dañar a otros o relacionarse con ellos en contra de su voluntad. En el primer caso, la perseverancia de un ladrón o un asesino no pueden considerarse como algo bueno, por el explícito motivo de lastimar a otros o utilizarlos como medios para un fin. En el segundo podemos pensar, por ejemplo, en una pareja violenta que insiste en tener una relación con alguien que no lo quiere, hostigando al supuesto destinatario de su amor o, más bien, de su deseo de posesión.
Perseverar en el amor
Los tiempos que corren son los de la individualidad, el consumismo y lo efímero, como bien dio cuenta el sociólogo Zygmunt Bauman (1925-2017) en su libro “Modernidad Líquida”.
En este sentido corre el capitalismo, donde la familia ya no es un ideal preciado y ha cedido su lugar al placer del momento, con los viajes y las relaciones breves o poco comprometidas.
Por todo esto perseverar en el amor se vuelve difícil pero necesaria, si forma parte de nuestro deseo. Salir y conocer gente es un buen medio de encontrar al amor, a esa persona que nos brinde su cariño y respeto, queriendo compartir su vida con nosotros.
Art. actualizado: Sept. 2022; sobre el original de febrero, 2009.
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