Definición de Statu Quo
Profesora en Filosofía
Se entiende por statu quo al orden social, político y económico de un grupo humano, tanto a nivel global como a escala local. En la actualidad, el statu quo contemporáneo se caracteriza por la consolidación del modo de producción capitalista, en la esfera económica, y la instauración de democracias representativas de corte liberal, en tanto ordenamiento político.
Status procede del latín, por “estado”, “condición”, “posición”, por su parte, quo remite a ‘¿qué?’, ‘¿de dónde?’, ‘¿por quién?’, con raíz en el pronombre de propiedad interrogativa quis, de ‘¿quién?’. La expresión statu quo es una locución latina referida a una ‘situación establecida’, un ‘ordenamiento/estado actual’ en respuesta a cierto funcionamiento social, de índole particularmente político, religioso, o económico; con cierta frecuencia se lo escribe de forma plural: status quo, lo cual, si bien es rechazado enérgicamente por la RAE, cuya palabra regula el idioma español, el diccionario inglés de Oxford y otros lo prefieren, generando cierto debate y confusión entre un modo supuestamente correcto y otro incorrecto. En todo caso, se podría pensar en una recomendación de uso, remarcando que ambos se basarían en la expresión original in statu quo. Por otro lado, según las actuales normas ortográficas, statu quo debería escribirse en letra cursiva o en su defecto con comillas. Como locución latina, pone de relieve un hecho: el latín es una lengua que continúa viva en el lenguaje. No hay que olvidar que a veces hacemos las cosas ipso facto, enviamos nuestro curriculum vitae o nos quedamos in albis.
El statu quo como orden socioeconómico
A grandes rasgos, el sistema de producción capitalista tiene por fundamento, por un lado, a la propiedad privada y, por el otro, al intercambio mercantil. Lo característico del capitalismo es el modo en que se produce la acumulación del capital en las economías de mercado. Entendemos por mercado a la institución destinada a la compra y venta de bienes, servicios y factores productivos (es decir, los recursos empleados para la producción de dichos bienes y servicios). Luego, en las economías de mercado, las personas deben vender su trabajo a cambio de un salario, el cual volverán a cambiar, entonces, por bienes de consumo.
Ahora bien, la clase propietaria de los medios de producción capta una porción del trabajo de los obreros que no es remunerada (lo que, en la teoría marxista, se denomina plusvalor). Este excedente no remunerado permite, así, a las clases propietarias, la acumulación de capital; la cual se produce en desmedro de las condiciones materiales de las clases trabajadoras. En este sentido, bajo el régimen capitalista, la renta, por definición, no se distribuye de forma equitativa, lo que produce grandes desigualdades entre los diferentes sectores de la sociedad. En la medida en que tales desigualdades se salen de control, existen fallas en el mercado, puesto que no hay suficientes consumidores que garanticen una demanda acorde a la producción, de modo tal que se interrumpe la capacidad de intercambio.
Por otra parte, la democracia representativa —es decir, aquella en la que el pueblo elige a sus representantes para que éstos decidan sobre las cuestiones que atañen a la vida del conjunto— se consolida en la Modernidad como régimen político garante del desarrollo de las economías de mercado. Dicho régimen se concentra sobre la protección de los derechos individuales, particularmente, el derecho a la propiedad y a la libertad individual. De esta manera, el modelo de la democracia representativa da lugar al libre juego del mercado, sosteniendo desde los resortes del Estado las condiciones para garantizar el librecambio.
Alternativas frente al statu quo
La profundización de las desigualdades, insalvable bajo el statu quo instaurado en la Modernidad y vigente en sus lógicas subyacentes hasta la actualidad, tiene por consecuencia una permanente conflictividad social en aumento. A raíz de ello, distintos sectores, generalmente, pertenecientes a las clases populares y trabajadoras, llevan adelante esfuerzos por delinear estrategias hacia nuevas formas de organizar la vida y transformar con ello dicho statu quo. Tales estrategias se plantean como alternativas de construcción de poder popular a nivel local: en términos generales, el objetivo de esas estrategias es disputar al poder corporativo los modos en que se producen los bienes necesarios para la reproducción de la vida, priorizando el bienestar común y la equidad frente a las actividades de lucro.
Proyectos de estas características se plantean de manera integral, es decir, no solamente introducen modificaciones en la esfera económica —al transformar los modos en que se produce—, sino también en la esfera política y cultural, al promover la participación y el involucramiento de la comunidad en las cuestiones que atañen a su proyecto de vida.
La política como base
statu quo habitualmente se utiliza en la esfera de la política y de manera más especifica en el terreno de las relaciones diplomáticas entre las naciones. La idea fundamental de esta locución es expresar que una realidad política se mantiene estable. Así, si un diplomático dice lo siguiente: «las dos naciones deben mantener el statu quo actual», se está afirmando que no se desea cambiar la situación y que es preferible que las relaciones entre las dos naciones continúen exactamente de la misma manera.
De manera general, quien defiende el statu quo de una situación considera que es la mejor opción. En consecuencia, esto significa que hay otros que sí pretenden cambiar las circunstancias y, por lo tanto, anhelan otro estado de cosas, otro statu quo.
El statu quo implica que hay un equilibrio de poder y hay un grupo que pretende mantenerlo a toda costa, mientras que otros grupos consideran que es necesario un cambio, un nuevo orden. Se aprecia que, de manera diplomática, el concepto comunica un peligro: que la estabilidad política puede romperse en cualquier momento. Como tendencia general, los defensores del statu quo son quienes tienen el poder y consideran que la situación no debe modificarse y cualquier propuesta contraria es considerada como una amenaza o un peligro que puede romper la armonía. En cambio, los grupos de la oposición normalmente lo cuestionan. En este sentido, hay un mensaje implícito entre los partidarios de preservar el statu quo, que vienen a decir que es mejor no tocar las cosas, que todo continúe igual y que los cambios son peligrosos. Este mensaje oculto, pero evidente, tiene su lógica, ya que es en la diplomacia internacional donde se emplea comúnmente esta locución y, como es sabido, la diplomacia tiene intereses reales y otros ocultos.
Art. actualizado: Nov. 2022; sobre el original de marzo, 2015.
Referencias
Fernández Ortiz de Zárate, G. (2016) Alternativas locales frente al statu quo. Pueblos, n° 71.Becker, V., & Mochón, F. (2006). Economía. Elementos de Micro y Macroeconomía. Editorial Mc. Graw Hill-Año.
Abellán López, M. Á. (2014). El influjo de la tradición republicana en la democracia representativa contemporánea. Revista de la Facultad de Ciencias Sociales y Jurídicas de la Universidad Miguel Hernández, 2014, vol. 1, num. 10, p. 127-141.
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