Definición de Desprecio

La actitud de desprecio muestra la falta de respeto hacia otra persona a través de un trato injusto y despectivo. Cuando una persona se siente despreciada siente que ha sido herida en su dignidad. Se trata de un gesto de humillación a través del que una persona trata a otra con actitud de superioridad.

Quien se siente humillado siente que ha sido víctima de una acción injusta que le ha producido un dolor inmerecido. La actitud de desprecio va acompañada en muchos casos de la soberbia ya que esta actitud de ser una persona altiva es la que potencia la relación de superioridad frente al otro. A través de esta actitud se infravalora a la otra persona que es víctima de este trato.

Humillación

La palabra desprecio incluye la palabra aprecio. Es decir, cuando una persona siente desprecio hacia otra experimenta poca simpatía, existe poca empatía emocional y ausencia de cariño. ¿A quien produce sufrimiento este sentimiento? Principalmente, a quien lo sufre porque produce emociones desagradables como el rechazo.

Una persona que humilla a otra puede mostrarse aparentemente muy segura de sí misma y confiada. Sin embargo, esta actitud lejos de mostrar seguridad en uno mismo y una autoestima alta desvela el profundo complejo de inferioridad de aquel que necesita rebajar al otro para reafirmarse a sí mismo.

Este tipo de actitud dificulta de forma notable las relaciones personales porque aquel que se comporta de este modo tiene muchos prejuicios que le impiden relacionarse con libertad con los demás. Tras haber despreciado a una persona, quien ha realizado una acción en concreto puede tomar la iniciativa de disculparse por su error ya que todo ser humano puede cometer errores.

Sin embargo, el desprecio es uno de esos sentimientos que al igual de la envidia, las personas tienden a censurar moralmente, por esta razón, no reconocen con naturalidad qué sienten.

Observaciones al respecto

El desprecio no es una actitud sana a nivel emocional porque impide a aquel que lo sufre tratar con objetividad a la otra persona. Existe una gran diferencia entre que una persona no caiga bien a otra y experimentar desprecio hacia esta. Este sentimiento está vinculado con el odio. Aunque una persona no sea de la simpatía de otra, merece ser tratada con respeto ya que ambos conceptos no son incompatibles.